Imagen
La justicia avanza en la investigación del enigmático vuelo privado que el pasado 26 de febrero aterrizó en Aeroparque con Laura Arrieta como única pasajera y diez valijas que, llamativamente, no fueron escaneadas. Los fiscales del caso sostienen que hubo una orden explícita "de arriba" para eludir los controles aduaneros, mientras otros pasajeros de vuelos privados hacían fila para revisar sus equipajes.

La causa, que lideran los fiscales Claudio Rivas Rial (Investigaciones Administrativas) y Sergio Rodríguez, busca determinar quién dio la instrucción para que las valijas de Arrieta, vinculada al dueño del avión y figura en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), pasaran sin control. Para ello, han solicitado el relevamiento de antenas en la zona de Aeroparque, intentando identificar a la persona que habría facilitado la maniobra.

Las sospechas sobre el contenido de las valijas son diversas, desde grandes sumas de dólares hasta aparatos para inteligencia inorgánica. El costo del vuelo en el lujoso Bombardier 5.000, estimado en 75.000 dólares solo la ida, refuerza la idea de que lo transportado era "relevante" y "delicado", lejos de un simple "bagayeo".
El juez Pablo Yadarola ha aceptado los pedidos de los fiscales, ordenando que declaren todos los oficiales de Aduanas, Migraciones y la Dirección de Aviación Civil que intervinieron en la operación. También se busca identificar a los ocupantes de varias camionetas que se acercaron al avión en pista y reconstruir si alguien subió a la aeronave cuando supuestamente ya estaba cerrada en un hangar.

Un Descontrol con intentos de encubrimiento

La investigación también reveló un notable descontrol sobre el origen y destino del vuelo. Los fiscales señalan que ni siquiera está claro desde dónde partió el avión. Además, la documentación oficial consignaba un regreso a Fort Lauderdale, sin precisar que la aeronave iría antes a París –saliendo de Aeroparque el 5 de marzo– con escala en Canarias, para finalmente aterrizar en La Florida recién el 12 de marzo.

Un momento clave se produjo a la llegada, cuando una persona, aún no identificada, le habría acercado un celular a Arrieta al pie del avión. Según el oficial principal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, José Flores Herbas, testigo en la causa, Arrieta tardó 20 minutos en ir del avión a Migraciones y devolvió el celular.
La maniobra más evidente se dio tras el paso por Migraciones: los fiscales señalan que una mujer le franqueó el paso a Arrieta por un andarivel donde no se someten los bultos al escáner. Esto, para la fiscalía, es prueba irrefutable de una orden.

Este escándalo se suma a los intentos de encubrimiento por parte del gobierno. En su momento, el vocero presidencial, Manuel Adorni, afirmó que Arrieta ingresó al país solo con un carry-on, información que la investigación desmiente, exponiendo la intención de "tapar" el incidente "como sea". La justicia busca ahora desentrañar la red de complicidades detrás de este misterioso ingreso de valijas sin control.