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La recesión económica y la apertura de importaciones han golpeado duramente a la industria textil argentina, y la planta de Alpargatas en Bella Vista, Corrientes, es un claro ejemplo de esta crisis. La reconocida empresa ha reducido a la mitad su producción de telas, despedido a nueve empleados y ofrecido retiros voluntarios a otros 27, generando gran incertidumbre entre sus 400 trabajadores.

Según declaraciones de Eduardo Espíndola, delegado gremial, la fábrica pasó de producir 1.2 millones de unidades de tela a solo 600.000, con proyecciones de una caída aún mayor, a unas 300.000 unidades en los próximos meses. Esta drástica disminución en la demanda ha forzado a la compañía a tomar medidas severas que afectan directamente a su personal.

Roberto Vandecaveye, secretario gremial de los obreros textiles de Bella Vista, advirtió que "el sector textil es el primero que sufre cuando hay crisis. Cada vez que se abren las importaciones, nos pega directo". La situación de Alpargatas se enmarca en un contexto general de profunda preocupación para la industria, no solo por la retracción del consumo interno, sino también por el aumento de las importaciones.

Un reciente informe de la Fundación Protejer respalda esta alarmante situación, indicando que "el consumo no repunta y la presión externa se intensifica". Durante el primer trimestre de 2025, la mitad de las empresas del sector textil e indumentaria registraron una caída promedio del 5% en sus ventas en comparación con el mismo período del año anterior. La crisis en Alpargatas es un reflejo de un problema más amplio que amenaza la estabilidad laboral en todo el sector.