El Ministerio de Economía afrontó este miércoles un nuevo desafío en el mercado local: el vencimiento de cerca de $4 billones en deuda en pesos. Aunque el objetivo era refinanciar la totalidad de los compromisos, la colocación resultó mucho más limitada de lo esperado. El Tesoro apenas logró retener la mitad de los fondos y lo hizo resignando instrumentos que ofrecían cobertura cambiaria, una señal clara del deterioro de la confianza del mercado.
La licitación incluía una combinación de Letras Capitalizables (Lecap), una Letra Dual —ajustable por inflación o por la evolución del dólar oficial— y un bono dólar linked, que paga en pesos pero con valor atado al tipo de cambio mayorista. Tal como se preveía, los títulos con protección frente a una eventual devaluación concentraron la mayoría de las ofertas, mientras que las Lecap quedaron prácticamente desiertas.
Las tasas convalidadas mostraron el nivel de tensión. Las Lecap a 90 días ofrecieron una Tasa Nominal Anual cercana al 60%, muy por encima de los rendimientos previos en el mercado secundario, aunque ni siquiera así lograron atraer a los inversores. En cambio, la letra dólar linked se adjudicó casi en su totalidad, con una tasa implícita que anticipa un tipo de cambio cercano a $1.800 por dólar.
“El mercado ya asume un salto cambiario y pone el piso en torno a los $1.800 para el dólar oficial”, señaló un operador financiero consultado por La Política Online. “Para Quirno fue un golpe duro”, añadió, en referencia al secretario de Finanzas.
El Gobierno había depositado parte de sus expectativas en el respaldo de Scott Bessent y en el anuncio de un eventual programa de financiamiento por hasta u$s40.000 millones desde Estados Unidos. Sin embargo, esa señal no logró disipar las dudas ni mejorar el clima en la plaza local.
El resultado dejó dos mensajes contundentes: por un lado, que la capacidad del Tesoro para continuar financiándose en pesos se achica cada vez más; y por otro, que la pregunta que lanzó el propio Quirno —“¿con qué pesos?”— vuelve a hacerse sentir con fuerza en el mercado.
La porción no renovada de los vencimientos quedó liberada y circulando en el sistema, lo que genera preocupación por una posible presión adicional sobre los dólares financieros. “Esos pesos quedaron sueltos, buscando cobertura”, resumió un operador.
Algunos analistas fueron más lejos y vincularon el resultado con una lectura política del apoyo externo. “El anuncio de Bessent no fue un blindaje para estabilizar, sino una oportunidad para que ciertos fondos salgan sin perder tanto. Si logran hacerlo con el dólar a $1.400, es una jugada maestra”, comentó un operador a este medio.
El presidente del Banco Central, Santiago Bausili, reconoció que el sistema atraviesa “una fase de cobertura extrema” en la previa de las elecciones legislativas del 26 de octubre. “Estimamos que la demanda de cobertura en los últimos tres meses equivale a más de 40 puntos del M2, es decir, de toda la base monetaria en circulación”, explicó durante su intervención en el Atlantic Council.