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Tras el lanzamiento de la nueva producción de Flow que dramatiza los crímenes de Yiya Murano, su hijo, Martín Murano, reapareció en la esfera pública para desvincularse emocionalmente de su progenitora y revelar un escalofriante intento de asesinato en su infancia.

La serie "Yiya", estrenada recientemente en la plataforma de streaming Flow, ha reavivado el interés por los notorios crímenes perpetrados hace 46 años por la denominada "envenenadora de Monserrat". La ficción, que cuenta con cinco episodios y un elenco de figuras como Cristina Banegas, Julieta Zylberberg y Pablo Rago, se centra en las muertes de Nilda Gamba, Lelia Formisano de Ayala y Carmen Zulema del Giorgio Venturini.

A raíz del estreno, Martín Murano, hijo de la criminal, ofreció una entrevista a Noticiero Doce, donde fue enfático al establecer una barrera emocional con su madre biológica.

"No la considero mi madre"

Martín Murano dejó en claro que su vínculo con Yiya es inexistente, señalando que los hechos delictivos solo lo afectan "en tercera persona".

"No la considero mi madre, para mí mi verdadera madre fue Ignacia, la señora que me crió", afirmó Murano, marcando la distancia definitiva con la mujer que purga condena por los asesinatos.

El testimonio más perturbador del hijo se centró en un suceso de su niñez. Relató que a la edad de 10 años, Yiya Murano intentó envenenarlo a él también.

Describió cómo su madre llevó a la casa una torta y, justo cuando estaba por probar un trozo, ella se lo quitó de la mano.

Con el paso del tiempo, descubrió el móvil detrás del acto: "Años después me enteré de que uno de sus amantes le dijo que era conveniente que yo no estuviese", reveló Martín, exponiendo la frialdad y premeditación de su madre.

Más víctimas y críticas a la ficción

Además de las revelaciones personales, Martín Murano sembró dudas sobre el número oficial de víctimas atribuidas a Yiya. Según su conocimiento, la cifra real de muertes podría ser mayor a la conocida. Murano estimó que el total de personas envenenadas podría ubicarse en un rango de entre 7 y 11 personas.

Finalmente, se mostró crítico con la serie de Flow, catalogándola como un producto "totalmente ficcionalizado" que no reflejaría con precisión la gravedad ni el alcance total de los sucesos.