Image
El mercado laboral formal en Argentina ha entrado en una fase de deterioro sostenido, evidenciando que el breve repunte observado a finales de 2024 no logró consolidarse. Entre los meses de junio y septiembre de 2025, el sector privado registró la pérdida de 49.000 puestos de trabajo, según los datos oficiales publicados por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).


El panorama económico nacional está marcado por el cierre de plantas productivas, el colapso de pequeñas y medianas empresas (PyMEs) y una contracción masiva del consumo. Con una pérdida generalizada del poder adquisitivo de los salarios, que acerca a los trabajadores a la línea de pobreza, la estabilidad laboral ha dejado de ser una garantía.


Tendencia a la baja

El retroceso en el empleo se acentuó particularmente en septiembre de este año, mes en el que se contabilizaron 10.700 trabajadores menos en el sistema. Esta baja fue casi totalmente impulsada por la disminución del empleo asalariado en el ámbito privado, el cual sufrió una contracción del 0,1%, lo que equivale a la desafectación de unos 9.000 puestos declarados.

Analizando la situación en términos interanuales (comparado con septiembre de 2024), la destrucción de empleo asalariado alcanzó a 53.300 personas. Esta tendencia negativa afectó a:

·Sector Privado: 25.900 puestos menos.

·Sector Público: 12.800 cargos menos.

·Casas Particulares: Este sector fue de los más golpeados, registrando una reducción del 3,2%, lo que significó la salida del sistema de 14.700 personas.

El impacto acumulado desde el inicio de la gestión actual (noviembre de 2023) es severo y muestra la magnitud del ajuste. Desde entonces, el empleo asalariado privado cayó de 6,38 millones a 6,19 millones (una pérdida de 187.400 puestos), el empleo público se redujo en 70.100 cargos y el trabajo doméstico perdió 27.300 puestos.

La crisis en los sectores clave

El mapa sectorial revela la profundidad del estancamiento económico. Durante septiembre, seis actividades productivas registraron una disminución en su dotación de personal, lo que a menudo se traduce en la reducción de turnos, menos horas trabajadas, no renovación de contratos o despidos directos.
Los rubros más afectados fueron:

·Industria.

·Comercio.

·Construcción.

·Agropecuario.

·Transporte.

·Minería.

Si bien se observaron ligeros aumentos en actividades como la pesca, la electricidad, gas y agua, y la enseñanza, estos incrementos no fueron suficientes para mitigar las pérdidas masivas registradas en los sectores que concentran la mayor cantidad de mano de obra.