El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha reafirmado su respaldo financiero a Argentina. En un encuentro en la Casa Rosada, el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, se reunieron con Ilan Goldfajn, titular del organismo. La reunión, que duró poco más de una hora, se centró en la ayuda económica del banco para el país, especialmente tras la reciente derrota del oficialismo en las elecciones de la provincia de Buenos Aires.
El BID se comprometió a desembolsar USD 3.000 millones durante este año, una parte de un plan de financiación total de USD 10.000 millones que se extenderá hasta el año 2028. Este apoyo financiero complementará el acuerdo ya existente con el Fondo Monetario Internacional (FMI). A pesar de su respaldo al plan económico del gobierno, la entidad no dejó de manifestar su preocupación por la escasez de reservas del Banco Central y los obstáculos políticos que el Poder Ejecutivo enfrenta para aprobar reformas en el Congreso.
Los fondos se destinarán a áreas clave
Los directivos del BID explicaron que los fondos estarán orientados a tres pilares fundamentales: reformas fiscales, la liberalización de la economía para atraer inversión privada y el financiamiento de programas que ayuden a reducir la pobreza. El organismo también expresó su inquietud por las elevadas tasas de indigencia y la informalidad laboral en el país. En este sentido, el BID subrayó la importancia de alcanzar la estabilidad macroeconómica y de lograr una mayor equidad social para superar los desafíos que enfrenta la economía argentina.
El informe del BID también advirtió sobre los riesgos fiscales, externos y políticos a los que se enfrenta el país. En particular, destacaron la vulnerabilidad de Argentina ante posibles shocks internacionales y la crítica falta de reservas del Banco Central. El organismo también hizo hincapié en la necesidad de reducir la dependencia del país de impuestos regresivos y de mejorar la eficiencia de su sistema tributario. Además, Argentina deberá afrontar pagos de deuda internacional por USD 700 millones en septiembre, lo que podría reducir aún más su capacidad para intervenir en el mercado de divisas.