Una startup de jóvenes bioingenieros argentinos está a punto de concretar una innovación que podría transformar radicalmente la planificación quirúrgica en el país. El equipo, egresado del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), desarrolló Navian, una herramienta que combina inteligencia artificial (IA) con realidad aumentada (RA) para ofrecer a los cirujanos una "visión de rayos X" precisa antes de ingresar al quirófano.
Este desarrollo ya está en fase de pruebas con resultados prometedores en el prestigioso Instituto Fleni de Buenos Aires. Lo más destacado: logra reducir los costos de los sistemas de navegación actuales hasta en un 85%.
De la tesis al quirófano: resolver un problema real
La idea de Navian nació como proyecto de tesis de los fundadores Luciano Manelli, Pablo Salmón y Tiago Sarthou. En lugar de enfocarse en un problema teórico, el equipo entrevistó a neurocirujanos para identificar sus mayores desafíos.
"Nos dimos cuenta de que necesitaban poder ver a través del paciente antes de operar, para planificar la ruta de abordaje de lesiones complejas, como un tumor cerebral", relató Manelli. Los sistemas actuales, conocidos como neuronavegadores, cumplen esta función, pero con grandes limitaciones: son extremadamente costosos (pudiendo superar el millón de dólares), requieren un mantenimiento caro y obligan al médico a desviar la mirada hacia una pantalla plana, interrumpiendo el flujo de la cirugía.
La solución de Navian fue migrar la tecnología al formato de gafas de realidad aumentada. El desarrollo inicial, probado con éxito en un smartphone, evolucionó a un entorno inmersivo que permite al cirujano mantener las manos libres y la vista fija en el paciente.
IA y reconstrucción volumétrica en tiempo real
Navian funciona como un "avatar" personalizado del paciente. El proceso es el siguiente:
1.Carga y Procesamiento: El sistema recibe las imágenes de resonancia magnética preoperatorias del paciente.
2.Modelado con IA: Utilizando inteligencia artificial, Navian segmenta y define todas las estructuras internas (vasos, nervios, tumores) y las reconstruye en un modelo 3D volumétrico.
3.Visualización Inmersiva: El neurocirujano se coloca las gafas y, al mirar al paciente, ve la información tridimensional superpuesta sobre su cuerpo.
Esta tecnología elimina el proceso manual que antes consumía horas del cirujano, permitiéndole moverse, rotar la imagen, verificar el volumen de la lesión y encontrar la ruta óptima de abordaje para extirpar la mayor cantidad de tumor posible, todo antes de iniciar la incisión.
Validación clínica y potencial de expansión
El éxito inicial de Navian se valida en el Instituto Fleni, bajo la supervisión de expertos como el Dr. Andrés Cervio, jefe de cirugía. Los desarrolladores se enfocaron en la precisión de la segmentación, un factor crítico en neurocirugía.
Si bien el proyecto continúa optimizándose (buscando cascos más livianos para cirugías prolongadas), el siguiente paso clave es la certificación de la ANMAT y la obtención de validaciones clínicas.
El potencial disruptivo de Navian va más allá del cerebro. Centros de otras especialidades ya mostraron interés, pues la tecnología es escalable a diversas patologías, desde traumatología hasta cirugías de hígado.
La historia de estos bioingenieros demuestra cómo la combinación de talento argentino, sensibilidad para escuchar necesidades concretas y la voluntad de ejecutar, puede dar origen a innovaciones que cambian el status quo de la medicina.