Hay una película que narra una situación similar. Pero esto fue en la vida real y la mujer de Cipolletti a la que le dieron el diagnóstico equivocado de cáncer en un centro de Patología de Neuquén, quedó desolada. Tras aclararse que se habían confundido las muestras, inició juicio y la justicia falló a su favor y fijó una indemnización.
Por un error en el rótulo de una biopsia, una mujer de Cipolletti recibió el diagnóstico de otra persona. Una semana después, el centro de patología de Neuquén advirtió la confusión pero durante ese periodo la paciente se sometió a una batería de estudios para operarse de forma urgente. Después de un juicio civil, se fijó una indemnización por daño moral.
La sentencia del fuero Civil de Cipolletti es de primera instancia y no está firme porque puede ser apelada. Condenó tanto a la médica que informó el diagnóstico erróneo como al centro privado que hizo la biopsia y a la compañía de seguros contratada. Surgió de las pruebas del juicio que a la paciente le diagnosticaron un cáncer invasivo y por ello en el transcurso de esa semana se sometió a diversos estudios tendientes a determinar el tratamiento a seguir. Una amiga de la paciente declaró durante el proceso que la mujer estaba desolada con la noticia y que hasta había perdido el habla.
Siete días después, el centro privado detectó un error técnico en la rotulación del preparado histológico analizado al momento de emitir el informe. El diagnóstico le correspondía a otra paciente. Cuando la mujer exigió la devolución de las muestras advirtió que el número del rótulo del envase había sido tachado y sobreescrito.
El apoderado del centro privado reconoció que el error había sido de la técnica que le entregó el informe a la médica. Sin embargo la demanda fue promovida contra la patóloga y la institución donde se realizaban las biopsias.
La sentencia sostuvo que no existen dudas respecto al error en el informe entregado inicialmente a la mujer por haberse mezclado las muestras de dos pacientes. El error fue considerado como inexcusable, ya que no se aportó por parte de la demandada un solo elemento de justificación. Si bien se explicó lo sucedido, no se produjo prueba alguna tendiente a justificar la equivocación por parte de la histotécnica - no identificada en la causa- en proporcionarle a la doctora la muestra de otra paciente para efectuar el diagnóstico.
En consecuencia se fijó una indemnización por las afecciones de índole espiritual que el erróneo diagnóstico le causó a la mujer.