La emblemática empresa de Firmat, Santa Fe, enfrenta un nuevo capítulo crítico. La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) denuncia el atraso en los pagos de haberes y medio aguinaldo, y advierte sobre el riesgo de un conflicto mayor.
La histórica fábrica de cosechadoras Vassalli atraviesa una grave crisis financiera. Desde el martes pasado, los operarios de la planta realizan protestas y asambleas en el acceso de la fábrica, sobre la Ruta Nacional 33, para exigir el pago de salarios adeudados, el medio aguinaldo y otras sumas retroactivas.
El sindicato local, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), afirma que la empresa debe parte de los sueldos de junio y la totalidad de julio. El malestar se intensificó tras la oferta de un adelanto de solo $300.000 para la próxima semana, una propuesta que el gremio considera insuficiente.
"La gente tiene hambre. Necesitamos que el titular de la empresa aparezca y explique qué plan tiene para la fábrica", declaró Diego Romero, secretario general de la UOM de Firmat. El dirigente apuntó directamente contra Eduardo Marsó, quien adquirió la mayoría de las acciones de la compañía en enero de 2024.
Un historial de crisis y promesas incumplidas
La compra de Vassalli por parte de Marsó, un empresario entrerriano, fue celebrada en su momento como una señal de confianza tras años de dificultades para la compañía, que en 2020 había pasado a manos de la familia Eskenazi. Marsó había anunciado una inversión de US$4 millones para reactivar la producción y devolverle a la fábrica su protagonismo en el mercado. Sin embargo, los trabajadores no lo han visto en persona desde que asumió el control.
Según registros del Banco Central, la fábrica acumula cheques rechazados por un total de $7,6 millones por falta de fondos. El sindicato denuncia que los salarios se pagan en cuotas desde el año pasado y que existen deudas con las cargas sociales. La crisis en el sector de la maquinaria agrícola, golpeado por la falta de financiamiento y la competencia de equipos importados, agrava la situación.
El conflicto en la planta, que fue un emblema nacional de la industria, mantiene en vilo a la comunidad local. El gremio espera una pronta solución y advierte que, si la situación no se resuelve, el conflicto podría escalar hasta la toma de la planta, como ocurrió en 2018.