El sector gastronómico de Argentina está en su peor momento en décadas, con una crisis que, según expertos, supera en gravedad a la de 2001. En los últimos meses, más de 100 restaurantes han cerrado sus puertas en todo el país, y las ventas han sufrido un desplome acumulado del 55% en comparación con el año anterior.
La situación es especialmente crítica en barrios emblemáticos de Buenos Aires como Palermo, San Telmo, Recoleta y Puerto Madero, donde la ausencia de turismo (tanto nacional como extranjero) y la caída del consumo han golpeado con fuerza. Carlos Yanelli, presidente de la Cámara de Restaurantes, describió la situación como "inviable" debido al dramático aumento de los costos fijos. Por ejemplo, mencionó que una factura de luz que antes costaba 600.000 pesos ahora supera los 5 millones de pesos.
Cierres y estrategias de supervivencia
La crisis ha provocado el cierre de reconocidos establecimientos como Franca, Sal, La Locanda y el tenedor libre Gourmet Porteño, entre otros. Los problemas son diversos y afectan a todo el sector: alquileres impagables, tarifas dolarizadas, baja en las propinas y falta de incentivos fiscales.
La comparación con la crisis de 2001 es recurrente, pero los expertos señalan una diferencia crucial: en esa ocasión, la recuperación fue rápida y impulsada por el turismo. Hoy, sin embargo, el sector no cuenta con ese motor de reactivación. Según Yanelli, "hoy no hay turistas de ningún tipo, ni siquiera regionales".
Frente a este sombrío panorama, muchos restaurantes están implementando estrategias de supervivencia para atraer a los pocos clientes que aún salen a comer. Se han popularizado los menús ejecutivos, las promociones con tarjetas bancarias y los platos para compartir. Los únicos que parecen resistir son las pizzerías y los bodegones, que logran mantener a su clientela gracias a precios más accesibles y porciones abundantes.
A pesar de la incertidumbre, Yanelli se muestra cautelosamente optimista. Con la esperanza de que un cambio político traiga consigo una reactivación económica, confía en que el sector pueda recuperarse, ya que, en sus palabras, "esto así no resiste".