La central obrera atraviesa un debate interno de alta tensión mientras el nuevo coordinador del Consejo de Mayo, Manuel Adorni, inicia la recta final de las negociaciones en Casa Rosada. Referentes duros rechazan cualquier avance sobre la organización gremial.
El Gobierno encaró la etapa decisiva del Consejo de Mayo con el objetivo de culminar el cronograma de reformas pactado, pero se enfrenta a una Confederación General del Trabajo (CGT) profundamente dividida. La central obrera debate con intensidad los límites y alcances del proyecto de reforma laboral impulsado por el Ejecutivo.
La reunión de este miércoles en Casa Rosada, que comenzó a las 11:30, marcó el debut formal de Manuel Adorni como nuevo coordinador político del Consejo, tras asumir la posta dejada por el ex Jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
Dos alas en disputa
Dentro de la CGT, conviven dos posturas marcadamente distintas:
1.El ala dialoguista: Este sector, que incluye a figuras como Héctor Daer y el referente de la UOCRA, Gerardo Martínez, prioriza la participación en la mesa de negociación. Su estrategia es influir directamente en la redacción final del texto para asegurar que se respeten los derechos laborales adquiridos.
2.El ala dura: Expresan una profunda desconfianza hacia el oficialismo y temen un avance sobre la organización sindical. La principal preocupación es que la iniciativa del Gobierno "reproduzca artículos similares" al ya judicializado capítulo laboral del DNU 70/2023, que afectaba derechos clave.
Gerardo Martínez, uno de los referentes que participa en los encuentros, ha manifestado la necesidad de rechazar enfáticamente cualquier esquema que ponga en peligro los convenios colectivos o que socave el rol histórico de los gremios en la defensa de los trabajadores.
El Gobierno fija su línea de máxima
Mientras la CGT dirime sus diferencias internas, en Casa Rosada aseguran mantener una postura de apertura al diálogo y a la escucha de "aportes".
Sin embargo, fuentes del Ejecutivo dejaron en claro que, si bien están dispuestos a negociar puntos específicos, el texto final de la reforma laboral será inamovible en su esencia y responderá a la línea política trazada por el presidente Javier Milei.
La mesa de negociación continuará activa en los próximos días, en un clima de tensión máxima. El Gobierno busca acelerar la aprobación de las reformas, mientras el sindicalismo intenta evitar que el diálogo se convierta en una aceptación forzada de las propuestas más disruptivas.
