Eduardo Fernández, directivo de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs), ha lanzado una grave advertencia sobre la situación del sector productivo en el país. El directivo señaló que las PyMEs están siendo golpeadas por la recesión, la escasa disponibilidad de financiamiento y la creciente competencia de productos importados.
Fernández explicó que la política monetaria del Gobierno, que ha incrementado los encajes bancarios, ha estrangulado el crédito, tanto para las empresas como para el consumo. "El futuro es sombrío. El crédito, que era un motor del mercado interno, hoy está completamente inaccesible", afirmó en declaraciones a Radio Rivadavia. Indicó que las tasas de interés son "insoportables" para la producción y el comercio, con un aumento significativo en los encajes que ha vuelto imposible de afrontar los costos financieros para las empresas.
A la falta de crédito se suma la dificultad de competir con las importaciones. "No solo es complicado mantener la producción, sino que ahora el sistema financiero, en un intento por salvarse a sí mismo, asfixia al aparato productivo", enfatizó.
El impacto más severo de esta crisis se evidencia en el mercado laboral. Fernández detalló que se han perdido 155.000 empleos durante la pandemia y otros 250.000 en el último año y medio. "La movilidad laboral va a ser a la baja. Las PyMEs están al límite: no quieren despedir, pero no pueden sostener sus nóminas", lamentó, subrayando que el cierre de cada empresa destruye historias familiares y economías regionales.
Finalmente, Fernández advirtió que el país se dirige hacia un colapso económico comparable al de la crisis de 2001. "Cuando se conozcan las cifras reales de la economía, encontraremos un desastre similar. Hoy, el país está destruyendo empleos y cerrando empresas que tardaron décadas en consolidarse", concluyó.