Un agente de la Policía Federal Argentina, Cristian Rivaldi, deberá rendir cuentas ante la Justicia. La Sala 1 de la Cámara Criminal y Correccional Federal confirmó su procesamiento, sin prisión preventiva, por el gaseo de una niña de tan solo 10 años durante una represión el 11 de septiembre del año pasado. Rivaldi está imputado como autor del delito de "abuso de autoridad en concurso ideal con el delito de lesiones leves", en una causa que avanza a pesar de los intentos de su defensa por revertir la situación.
El incidente ocurrió durante una manifestación frente al Congreso en rechazo al veto del presidente Javier Milei a la Ley de Movilidad Jubilatoria. Fabricia Pegoraro, la niña de 10 años, estaba presente junto a su madre, Carla. En medio del despliegue represivo de Gendarmería y Prefectura, que usaron palos y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, Fabricia y su mamá resultaron heridas tras el ataque del agente de la Policía Federal.
La secuencia del ataque fue transmitida por canales de noticias y corroborada por numerosas filmaciones de cámaras de la Ciudad y fotografías. Días después del hecho, Fabricia expresó a la prensa: "No me imaginaba que la Policía fuera capaz de hacer eso. Pensé que si tiraban gas lo tiraban al aire y no a la cara".
La versión de Bullrich y la defensa del Agente
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, había negado públicamente lo ocurrido, asegurando en repetidas ocasiones: "Nadie gaseó a una nena". Además, desde sus redes sociales, Bullrich acusó a la madre de Fabricia de ser "irresponsable y violenta" por "llevar a una nena de 10 años a una marcha rodeada de personas violentas". En su cuenta oficial de X (antes Twitter), la ministra sentenció:
"Ya lo dijimos: llevar a los chicos a las marchas está prohibido. Los chicos a las marchas, no".
En junio de este año, Rivaldi acudió a los tribunales de Comodoro Py para solicitar su sobreseimiento. El efectivo ensayó múltiples versiones para intentar desacreditar lo que claramente se observa en las filmaciones: cómo bajaba la mano para gatillar el gas cerca del rostro de Fabricia. Al igual que Bullrich, sostuvo que la niña habría sido víctima de un manifestante que, según él, arrojó gas pimienta.
Rivaldi argumentó que ese día había estado desplegado en la zona desde las 9 de la mañana y que, en un momento, los manifestantes intentaron irrumpir violentamente en el Congreso. En esa instancia, recibieron la orden de "avanzar, dispersar a los revoltosos y liberar la calzada". Según su versión, estaba atento a lo que sucedía con el comisario inspector Gerardo Ariel Perillo Scampini, quien habría sido afectado por el gas, supuestamente lanzado por un manifestante o un camarógrafo. Rivaldi y su defensa insistieron en que él no le tiró gas a la nena. "Jamás imaginé que una menor estaría solapada en esos grupos violentos”, remarcó en su pedido de apelación.
A pesar de estas explicaciones, la Cámara Federal porteña ha ratificado el procesamiento, haciendo que la causa continúe su curso.