En el marco del Día Mundial de la Meningitis, que se conmemoró el 5 de octubre, expertos en salud lanzaron una severa advertencia sobre el crítico estado de la prevención en Argentina. La falta de cumplimiento en el calendario de vacunación está poniendo en riesgo a las poblaciones más vulnerables, lo que incrementa la amenaza de una enfermedad que puede ser mortal o dejar secuelas permanentes en cuestión de horas.
La peligrosidad oculta del meningococo
La meningitis bacteriana es la variante que genera mayor preocupación. Según reportes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad tiene una letalidad altísima: una de cada seis personas infectadas muere, y una de cada cinco sobrevive con secuelas irreversibles, como sordera, daños neurológicos, dificultades de aprendizaje e incluso amputaciones.
El principal agente causal de brotes es el meningococo (Neisseria meningitidis). El desafío inicial, explica el Dr. Fernando Burgos (M.N 81.759), jefe de la sección ambulatoria de pediatría del Hospital Austral, es que sus síntomas iniciales son a menudo confundidos con cuadros virales leves, lo que deriva en una demora fatal en la consulta médica.
El grupo etario más vulnerable es el de los lactantes, donde el serogrupo B sigue siendo dominante. Los adolescentes, por su parte, son cruciales en la transmisión, ya que suelen portar el meningococo sin síntomas, facilitando su propagación en la comunidad.
Los padres y tutores deben estar atentos a signos de alerta, que incluyen fiebre alta repentina, rigidez de nuca y vómitos en adultos. En los bebés, se manifiestan como irritabilidad extrema, llanto persistente o hinchazón de la fontanela.
La crisis en cifras: lejos de la inmunidad comunitaria
Pese a la gravedad de la enfermedad, las cifras de vacunación antimeningocócica en Argentina están muy por debajo de los umbrales de seguridad recomendados. Para garantizar una protección comunitaria, se necesita una adhesión del 95%, pero los datos actuales reflejan un fracaso en la prevención:
·Menores de 1 año: La cobertura promedio apenas supera el 80%.
·Adolescentes (Dosis de 11 años): La adhesión es aún más baja, apenas superando el 60%.
Para los especialistas, esta brecha es inaceptable, dado que la enfermedad es totalmente prevenible. "No se puede concebir que un niño muera de meningitis cuando existen vacunas para prevenirla", afirma Burgos, enfatizando que la inmunización temprana y el refuerzo adolescente son la única vía para reducir drásticamente la transmisión y salvar vidas.
La meta nacional se alinea con la hoja de ruta de la OMS, "Derrotar la Meningitis para 2030", que busca eliminar las epidemias y reducir la mortalidad global. Sin embargo, el éxito de este plan depende de que la comunidad, los profesionales médicos y el sistema de salud en su conjunto fortalezcan la concientización y el cumplimiento riguroso del calendario de vacunación.