El diputado provincial de UNE, Mariano Mansilla, presentó un proyecto de Ley que declara la soberanía hídrica en la provincia. La iniciativa tiene dos objetivos principales: por un lado la recuperación del manejo del agua por parte del Estado provincial y, por el otro, que se le reconozca a los municipios afectados por las represas el derecho a la percepción de una renta diferencial.
El proyecto de ley de Soberanía Hídrica fue consensuado con los intendentes ribereños quienes siguen insistiendo en la necesidad de una reparación histórica por la afectación en el manejo del recurso.
“Los recursos que ingresan a las arcas públicas, derivados de la explotación de los recursos hídricos, deben integrar la masa de recursos coparticipables. Se trata de una demanda histórica de las autoridades municipales, las que en todas las regiones presentan atrasos en los índices que perciben y en la metodología de cálculo”, se detalla en los fundamentos del proyecto.
También se recuerda que muchos sectores en la provincia vienen planteando, desde los primeros años de democracia, que la legislación nacional sobre generación eléctrica es lesiva al orden federal ya que otorga plena competencia al Estado Nacional sobre un tema que es de competencia concurrente de las provincias de Neuquén y Río Negro”. Más aún luego de la reforma de la Constitución Nacional que estableció en su artículo 124 que corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio.
“El proyecto busca que se reconozca el derecho de participar en la administración de los recursos hídricos, tanto en lo referente a la explotación económica como en la definición de aspectos centrales de la administración, sobre los que se encuentran emplazados los distintos complejos hidroeléctricos sobre los ríos del Comahue”, expresó Mansilla.
Y rescató una frase de los fundamentos del proyecto que establece que “afirmar la Soberanía Hídrica es un compromiso con la historia, con nuestros obreros, con los principios fundamentales del federalismo, la democracia y las futuras generaciones. Es una rebelión contra toda pretensión de seguir sosteniendo en la Argentina, un sistema basado en la administración privada del agua dulce”.