Como cuidador de la cancha de Petrolero, "Chichilo" conoció a cada pibe que jugó al fútbol en la Liga Huincul de los '70 y '80. A cada chico que usaba la cancha y ya había sido conocido o amigo de cada papá que jugó al fútbol, al básquet o visitó los clubes Plaza, Argentinos o Los Petroleros, donde estaba gran parte de la vida social de aquel Plaza Huincul de los 50, 60, 70, 80 y 90.

"Chichilo" era conocido por su lesión en las rodillas. Era arquero y cuando se golpeaba quedaba tendido en el suelo gritando "la godilla, la godilla". La frase quedó inscripta en el anecdotario huinculense.