La ciudad de Avellaneda vivió momentos de tensión luego de que hinchas chilenos, detenidos por los incidentes en el partido contra Independiente, fueran liberados y desataran nuevos disturbios en las calles. En medio de versiones de agresiones a vecinos e hinchas, Independiente emitió un comunicado para calmar a sus socios, aunque la situación generó gran preocupación entre los vecinos.
La escuela del club, bajo alerta
El club desmintió los rumores de ataques a pedradas contra su escuela, pero confirmó que, por prevención, se implementó un operativo de seguridad especial en la zona. La cercanía de la comisaría con el estadio Libertadores de América y la violencia desatada motivó a muchos padres a retirar a sus hijos de las clases.
“Desmentimos categóricamente que, en estos momentos, haya incidentes en el lugar,” se lee en el comunicado, aunque el club reconoció la situación de alerta y la necesidad de "garantizar un operativo de prevención a la altura de las circunstancias que impone la violencia ejercida por la gente de la Universidad de Chile".
Hay heridos de gravedad
Además de los desmanes, los incidentes dejaron un saldo de heridos graves. El director del Hospital Fiorito, Luis López, confirmó en un parte médico que el chileno Gonzalo Alfaro, de 33 años, se encuentra en terapia intensiva con un traumatismo de cráneo grave y pronóstico reservado. Otro hincha chileno, Jaime Mora, está internado con una fractura cervical, pero su evolución es favorable.
Un hincha argentino, Nazareno Hasenaver, también permanece en terapia intermedia, pero su estado es estable. El ministro del Interior de Chile, Álvaro Elizalde, se trasladó a Argentina para seguir de cerca la situación de sus compatriotas heridos.
La violencia ha reavivado el debate sobre las medidas de seguridad en el fútbol y ha generado un fuerte repudio de la comunidad, de los clubes y de las autoridades de seguridad.