Diversos organismos realizan una investigación y puesta en valor del sitio Piedra Pintada.
En una articulación entre distintos organismos, se realiza un trabajo de investigación y revalorización del sitio que se encuentra en el departamento Aluminé. Se trata de un lugar con abundante arte rupestre que brinda información sobre las poblaciones del pasado.

Diversos organismos realizan una investigación y puesta en valor del sitio Piedra Pintada.

A partir de un trabajo conjunto desde el ministerio de Desarrollo Humano, Gobiernos Locales y Mujeres, la Corporación Pulmarí y el museo El Charrúa, de Aluminé, se lleva adelante una importante investigación y puesta en valor del sitio Piedra Pintada, en tierras de la Corporación Interestadual Pulmarí. Ya se documentaron más de 100 grabados en la cima de un cerro.

Se trata de un sitio que se destaca por su abundante arte rupestre, tanto grabado como pintado, y por la presencia de otros materiales y contextos arqueológicos que evidencian que toda esa zona próxima al lago Pulmarí fue poblada y habitada hace varios siglos atrás.

Debido a su fácil acceso por la cercanía de la ruta en el circuito Pehuenia y por sus características naturales, es una zona muy transitada, lo que ha generado la necesidad de mejorar su conservación y manejo.

Juan Maryañski integra el equipo de trabajo desde el área de Patrimonio Cultural de la subsecretaría de Cultura de la provincia y explicó que “los objetivos principales de este trabajo son documentar el arte rupestre existente, contextualizarlo histórica y culturalmente, y reforzar las medidas de protección y preservación del sitio. Se busca generar conocimiento sobre el lugar para que tanto turistas como la comunidad local puedan apreciar su valor y significado y asegurar la preservación de este valioso patrimonio cultural”.

Explicó que desde fines de 2023 ha estado trabajando con el Museo Charrúa de Aluminé en el reconocimiento y estudio del sitio, en el marco de una iniciativa de la Corporación Pulmarí que busca integrar este importante patrimonio en su oferta turística.

“Nosotros nos sumamos en ese momento para realizar un primer diagnóstico y vimos que era un lugar bastante interesante porque tiene distintos tipos de arte rupestre, vimos materiales que daban cuenta de que hubo población transitando de la zona. Teníamos algunas pistas, entonces hicimos algunas excavaciones pequeñas, un primer registro del arte rupestre y este año se reactivó el trabajo”, detalló Maryañski. En ese sentido, se acordó trabajar la interpretación y la conservación del sitio, así como en alternativas de manejo.

Recientemente, junto a Silvana Quilodrán, también arqueóloga, y el estudiante de Antropología y piloto de drone Sebastián Imposti, se conformó un equipo para documentar los grabados del sitio. Se estima que hay más de 100 motivos grabados en una superficie de unos 200 metros cuadrados en la cima de un cerro de piedra, una ubicación particular que representa un desafío para la documentación.

Maryañski explicó que la documentación es crucial, ya que el material se está deteriorando con el tiempo debido a la lluvia, el hielo y el viento. Al tener un registro detallado, se asegura que esta información no se pierda y se pueda utilizar para futuras investigaciones sobre quiénes estuvieron allí, qué hacían y de qué antigüedad son esos grabados.

El material obtenido se cruza con la información que se tiene de las excavaciones realizadas en la zona y los materiales que se van encontrando, para poder empezar a interpretar qué significado tenía Piedra Pintada. “Que además se caracteriza por tener una belleza de paisaje muy particular, el lugar es muy atractivo para los visitantes hoy en día por las panorámicas que hay del lago, de la cordillera, es como un mirador natural”, indicó Maryañski.

Explicó además que “por lo que sabemos de investigaciones previas, el valle de Pulmarí fue un lugar muy importante para el asentamiento de pueblos originarios; incluso en época de las campañas militares a fines del Siglo XIX era importante la riqueza ganadera de las poblaciones locales. Además, es un valle que permite el tránsito a través de la cordillera”.

En el sitio específicamente todavía no se encontraron materiales que indiquen un pequeño poblado o asentamiento, sino ocupaciones más fugaces, pero que dejaron mucho arte rupestre.

Documentación

Respecto a lo que encontraron, “es difícil porque no se ven muy bien, entonces usamos una metodología que es dibujarlos al mismo tiempo que se fotografían y después hacemos calcos en computadora, calcos digitales a partir de las fotos apoyados en los dibujos que tenemos del terreno”, detalló el profesional. Las imágenes del dron permiten registrar toda la superficie del sitio para poder armar un mapa.

Destacó que “la particularidad que tiene esto es que hay muchísimos sitios con arte rupestre en Neuquén, pero ocurre que en general aparecen, o en bloques aislados o agrupados, como en Colo Michi Có que es el caso más conocido, o en cuevas, aleros o paredones”.

Agregó que “en este caso están en la base, o sea sobre el piso en la cumbre de un cerrito de piedra. Es bastante particular por eso y también representa un desafío para la documentación, porque hay que verlo desde arriba y hay motivos muy grandes. Ahí empezó a participar el dron que fue de mucha utilidad”.

Ante el uso público de los sitios, se destacó la importancia de la concientización a la población en no tirar agua u otros elementos para ver mejor los grabados o pinturas, ya que es una labor de toda la población cuidar el patrimonio cultural neuquino.