Se estima que había más de 170 migrantes a bordo del barco atestado que se hundió, y como fueron rescatados unos 80 sobrevivientes, el número de muertes podría aumentar. Esto sucedió días después de que el Parlamento aprobase una ley de Giorgia Meloni que reduce la posibilidad de realizar rescates humanitarios.
Casi 60 migrantes que buscaban llegar a Europa, entre ellos un niño y bebé, murieron cuando una embarcación atestada de personas chocó con arrecifes rocosos frente a las costas del sur de Italia en horas de la madrugada, informaron autoridades.
La Guardia Costera italiana dijo que 80 personas fueron rescatadas con vida -algunas de las cuales lograron alcanzar la orilla- tras el naufragio, que ocurrió en la región de Calabria, cerca de la ciudad de Crotone, en el mar Jónico, parte del Mediterráneo.
"Hasta hace unos minutos el número de víctimas confirmadas era de 59", dijo el alcalde de Crotone, Vincenzo Voce, a las cadenas de noticias RAI y Sky TG-24. La cadena pública RAI dijo que los cadáveres habían sido llevados a un estadio deportivo de Crotone.
Se estima que había más de 170 migrantes a bordo del barco, dijeron el organismo de la ONU para los refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones, otro organismo de la ONU, en un comunicado conjunto.
Entre los que iban a bordo, había "niños y familias enteras", y la mayoría de los pasajeros procedían de Afganistán, Pakistán y Somalia, agregó la nota.
El barco chocó contra arrecifes en mares embravecidos, azotados por fuertes vientos. Algunos de los restos terminaron en un tramo de playa a lo largo de la costa del mar Jónico de Calabria, donde astillas de madera azul brillante cubrían la arena como cerillas. "Todos los sobrevivientes son adultos", dijo Ignazio Mangione, voluntario de la Cruz Roja.
"Desafortunadamente, todos los niños están entre los desaparecidos o fueron encontrados muertos en la playa". Entre los muertos se reportaron un bebé de meses y un niño de 8 años.
Desde la cercana localidad de Steccato di Cutro, la cadena RAI citó a sobrevivientes que dijeron que la nave había zarpado de Turquía hacía cinco días con más de 200 pasajeros.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, dijo que unos 200 migrantes estaban hacinados en un barco de 20 metros de largo que navegaba en malas condiciones climáticas.
En un comunicado, Meloni expresó su "profundo dolor" y manifestó que era "criminal mandar al mar una embarcación de apenas 20 metros con 200 personas a bordo y con un mal pronóstico del tiempo".
"El Gobierno está comprometido a impedir las salidas y este tipo de tragedias y seguirá haciéndolo al exigir antes de todo la mayor colaboración de los Estados de salida y de origen", aseguró.
Algunos de los sobrevivientes trataban de mantenerse calientes, envueltos en lo que parecían ser mantas o sábanas de colores. Uno de ellos fue detenido para ser interrogado después de que los náufragos indicaran que era un traficante de personas, informó la Rai.
La mayoría de los migrantes que alcanzan las costas de Calabria atraviesan el mar Mediterráneo desde Libia, Egipto o Turquía.
El papa Francisco mostró su dolor por el naufragio. "Esta mañana he sabido, con dolor, del naufragio en la costa calabresa, en Crotone. Han sido recuperados muertos, entre ellos algunos niños. Rezo por cada uno de ellos y por todos los migrantes desaparecidos", lamentó el Papa tras el Ángelus dominical.
El pontífice agregó que también rezaba por los rescatistas "y por los que dan la bienvenida" a los migrantes.
Autoridades de Calabria lamentaron también el suceso. "Decenas y decenas de muertos ahogados, incluidos niños, muchos desaparecidos. Calabria está en duelo por esta terrible tragedia", dijo Roberto Occhiuto, presidente de Calabria.
"Es una tragedia enorme", dijo el alcalde Voce. "En solidaridad, la ciudad buscará lugares en el cementerio" para los muertos, agregó.
Este nuevo naufragio tiene lugar apenas días después de la adopción en el Parlamento italiano de una ley sobre el rescate de migrantes impulsadas por el Gobierno de Meloni, formado por partidos de derecha y extrema derecha.
Esta nueva ley obliga a los barcos humanitarios a efectuar un solo rescate por salida al mar, lo que según los críticos aumenta el riesgo de muertes en el Mediterráneo central, considerado como la travesía más peligrosa del mundo para los migrantes.
Meloni, líder del partido Hermanos de Italia (FDI), quien llegó al poder en octubre en una coalición, había prometido prometido reducir la inmigración llegada a Italia.
La situación geográfica de Italia la convierte en un destino de elección para los demandantes de asilo que pasan del norte de África a Europa.
Roma se queja desde hace años del número de llegadas a su territorio, del hecho de que tenga que absorber a los migrantes sin colaboración del resto de los países de la Unión Europea (UE).
Según el Ministerio del Interior, cerca de 14.000 migrantes llegaron a Italia desde principios de año, frente a los 5.200 del mismo periodo el año pasado y 4.200 de 2021.
Aunque las ONGs tan solo rescatan a un pequeño porcentaje de ellos -la mayoría son interceptados por la guardia costera o por embarcaciones de la armada-, el Gobierno las acusa de estimular las llegadas y de alentar a los traficantes con su labor.
Los partidos de la oposición italiana señalaron la tragedia del domingo como prueba de que la política migratoria de Italia tenía graves fallas.
"Condenar solo a los contrabandistas, como lo está haciendo ahora la centroderecha, es hipocresía", dijo Laura Ferrara, legisladora del Parlamento Europeo del partido Movimiento Cinco Estrellas.
"La verdad es que la UE hoy no ofrece alternativas efectivas para quienes se ven obligados a abandonar su país de origen", dijo Ferrara en un comunicado.
El presidente italiano, Sergio Mattarella, llamó a la UE a "asumir por fin de manera concreta la responsabilidad de gestionar el fenómeno migratorio para quitárselo a los traficantes de seres humanos".