Un vecino de Ramos Mejía fue hasta una farmacia a comprar Ibuprofeno para su hijo de 7 años. Pero la empleada del lugar le dio dos blisters de Sildenafil, también conocido como Viagra. Tras consumirlo, el chiquito debió ser internado de urgencia con vómitos, taquicardia, mareos y un color rojizo en el rostro.
El papá jura que pidió ibuprofeno masticable dado que su hijo estaba con fiebre. En síntesis el padre, de origen venezolano y residente en el país desde 2018, le suministró su hijo dos pastillas de lo que él creía era Ibuprofeno.
El chiquito experimentó inmediatamente los síntomas del error: dolor de cabeza, mareos, se puso rojo y comenzó a vomitar. Ya en el Sanatorio de la Trinidad de Ramos Mejía se detectó que el chico presentaba taquicardia por lo cual fue internado y le dieron el alta a la madrugada siguiente. Horas más tarde, lo llevaron nuevamente porque continuaba con vómitos, fue medicado y se recompuso.
Tras el hecho, el padre volvió al negocio ubicado en Medrano al 800 y grabó toda la secuencia que no tardó en ser viralizada en las redes sociales. En el video, se puede ver cómo el hombre muestra el ticket de compra y denuncia que le dieron un producto completamente diferente al que pidió. “Pudiste haber matado a mi hijo, ¿entiendes la gravedad del asunto?”, protestó.
Ante el insólito hecho, la mujer asumió la responsabilidad de la venta pero intentó defenderse al sostener que el venezolano nunca aseguró que las pastillas eran para un niño y que solo le había pedido “pastillas masticables”. “Aún así, no siendo para niños, tampoco me debiste haber vendido esto”, respondió el hombre, ya que, por ley, la pastilla para la disfunción eréctil solo puede ser comprada con una receta médica.
Se cree que la farmacéutica entendió que Padilla quería pedir Sildenafil con una especie de código por vergüenza a decir el nombre de la pastilla. A pesar de esto, la denuncia fue hecha en la Comisaría N°2 y se adjuntó el comprobante de pago de los dos blísteres por 600 pesos. (Fuente: Digital1)