En Eupora son parte de un caro plato fundamentalmente en España. En la Patagonia son estudiadas desde 1867 cuando una especie de lamprea fue capturada viva en una calle de la ciudad de Buenos Aires y descripta por el naturalista, Carlos Germán Conrado Burmeister.

Abundan en los ríos de la Patagonia, donde se las han estudiado desde el río Santa Cruz hasta el Limay. En la foto impresionan por sus dientes, pero son inofensivas para el ser humano.

Los pescadores del Limay han tenido contacto con las lampreas desde siempre. "Vive en aguas poco profundas. Tiene un ciclo de reproducción similar al salmón, ya que nacen en los ríos y luego se dirigen al mar y, cuando llega el momento, de procrear se dirigen nuevamente al río", señalan distintas enciclopedias.

Alguien que vio el hallazgo publicó varias características: "Es el nombre del pez prehistórico encontrado ayer a orillas del río Limay en Balsa Las Perlas. El extraño pez que tiene sus orígenes hace 430 millones de años, poseen una boca circular en forma de ventosa para fijarse a las presas de las que se alimentan. Poseen varios círculos concéntricos de dientes córneos, además de una lengua también córnea usada para raspar los tejidos. Estas características les permiten raspar la carne y sorber la sangre de animales tan diversos como los tiburones, salmones, bacalaos y mamíferos marinos. Están dotadas de una lengua que funciona como un émbolo: después de hacer el vacío sobre el abdomen de una presa dentro de su boca, succiona la sangre al retroceder".

"La lamprea es una especie anádroma, es decir, vive en el mar, pero se reproduce en el río. En general prefiere ríos de gran caudal, con aguas no demasiado rápidas y se coloca en los tramos bajo y medio. De acuerdo a las publicaciones, es un manjar, plato típico de la comida gallega. A pesar de su apariencia, no son peligrosas para humanos", aclaró.