En nuestro país, los protectores solares son considerados productos cosméticos, no medicamentos, por lo que su precio es fijado libremente por el laboratorio productor y, en general, no tienen cobertura por parte de obras sociales o prepagas.

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Con el comienzo de una nueva temporada veraniega, especialistas subrayaron la importancia de recategorizar los protectores solares como medicamentos y no como productos cosméticos e incluirlos en el Programa Médico Obligatorio (PMO), al advertir que su eficacia está comprobada para la prevención del cáncer de piel y el fotoenvejecimiento.

En nuestro país, los protectores solares son considerados productos cosméticos, no medicamentos, por lo que su precio es fijado libremente por el laboratorio productor y, en general, no tienen cobertura por parte de obras sociales o prepagas.

En el ámbito del Ministerio de Salud se viene estudiando la posibilidad de implementar una política de producción pública de protectores solares para garantizar el acceso, según remarcó este viernes la titular de la cartera, Carlos Vizzotti, en declaraciones a Radio con Vos, pero aclaró que su implementación demanda tiempo.

La prevención del cáncer de piel es el objetivo principal de estas acciones ya que, según advierte la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), es "el más común (de los tipos de cáncer) y, tratado a tiempo, es el que mayor posibilidad de cura tiene".

El médico Andrés Politi, miembro de la SAD, dijo a Télam que "históricamente los bronceadores eran productos cosméticos para mejorar el color del bronceado y los protectores solares heredaron esa categorización y no fueron incluidos hasta el presente como medicamentos o dispositivos para la salud a pesar de haber probado ampliamente que reducen la incidencia de cáncer de piel".

Y añadió que desde hace año "nos pronunciamos en forma reiterada sobre la necesidad de incorporar a los protectores solares como medicamentos eficaces para prevenir el cáncer cutáneo (poseen múltiples y complejas moléculas que absorben, reflejan y dispersan las radiaciones solares)" pero "lamentablemente solo existe un proyecto del año 2019 presentado en la Cámara de Diputados que aún no ha tenido tratamiento", añadió Politi.

El especialista aseveró que sería de "gran impacto" la recategorización porque facilita su llegada a beneficiarios de programas oficiales y de obras sociales ya que "el costo es un factor limitante".

Según informaron a Télam autoridades del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos (Ceprofar), basado en filtros solares de las principales marcas elaboradas por laboratorios nacionales, entre enero de 2020 y diciembre de 2021 el valor de los protectores subieron hasta un 117%.

El Ministerio de Salud recomienda que el factor de protección solar debe ser 30 o más, y que en bebés a partir de los 6 meses debe usarse protector solar 50 o mayor; renovándolo "cada 2 horas y después de salir del agua"

Según explicó el presidente de la entidad, Rubén Sajem, en Argentina "son muy pocos los laboratorios que fabrican protectores y, por lo general, tiene la referencia de productos importados que son muy caros. Siempre son dos o tres marcas las que se pueden conseguir y "si uno compara los precios en relación a los importados más o menos son los mismos".

Un breve relevamiento en supermercados, farmacias y comercios en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) da cuenta de que el valor de una pantalla solar de protección 50 o superior de marcas nacionales tienen valores superiores a los 1.000 pesos para potes de 200 ml, mientras que para marcas internacionales, puede superar los 2.500 pesos.

En el listado del programa de Precios Cuidados se pueden encontrar las opciones de protectores solar Protect & Bronze FPS 15 de marca Nivea en crema por 200 ml con un costo de 779 pesos y Protect & Hydrate FPS 40 Nivea 200 ml a 810,00 pesos.

El Ministerio de Salud recomienda que el factor de protección solar debe ser 30 o más, y que en bebés a partir de los 6 meses debe usarse protector solar 50 o mayor; renovándolo "cada 2 horas y después de salir del agua".

Para Mercedes Portas, jefa de Departamento de Cirugía Plástica y Quemados en el Hospital de Quemados Dr. Arturo Umberto Illia, el uso de protectores "no solo es por una cuestión estética -que tiene que ver con el fotoenvejecimiento facial porque el sol reseca y deshidrata la piel-, sino que lo más importante es el cáncer de piel".

"Cuanto más blanca es el fototipo de piel, la persona tiene mucha más posibilidades de desarrollar una patología maligna con punto de partida en la exposición solar", advirtió.

Por eso, la médica consideró que es importante tomar conciencia y que "los bloqueantes solares figuren en el PMO, que sean accesibles o incluidos dentro de los tratamientos en personas que lo necesitan por el fototipo de piel o que han tenido algún tipo de lesión por quemadura donde es muy necesario e indicado para el tratamiento debido que el contacto con el sol hiperpigmenta la piel, la tatúa"

La especialista en quemaduras por radiación ionizantes insistió en que "todas las obras sociales deberían contar con eso (el acceso a gratuito a protectores solares), y las prepagas deberían dar grandes descuentos para hacerlo más accesible porque son tratamientos muy prolongados aquellos donde las personas tienen la indicación de no tomar contacto con el sol ni con ninguna radiación".

De acuerdo a las estadísticas del Hospital del Quemado, en la última década hubo un promedio de 702 casos anuales de quemaduras solares, con picos de 897 (2011) o 811 (2016), mientras que el año pasado -debido a la pandemia y la menor afluencia de turistas a playas y otros centros veraniegos- la cifra cayó a 574.

Las camas solares también representan un gran peligro para la salud y, según coincidieron los profesionales consultados por Télam, aumentan el riesgo de padecer melanoma maligno y carcinoma espinocelular, dos formas graves de cáncer de piel.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud ( OMS) elevó en el año 2009 a las camas solares a la categoría de cancerígenas de primer grado (junto al tabaco y el arsénico) y en Argentina hay una ley que restringe su uso en menores de edad.