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La cadena de tecnología y electrodomésticos Start ha cerrado de manera abrupta todos sus 30 locales en Argentina, dejando a un total de 300 trabajadores desempleados. La compañía, propiedad de Omni Group y fundada por Nicolás Osta y Esteban Isorna en 2021, comunicó la noticia de los despidos por teléfono, un método que ha generado indignación entre el personal.

El cierre se produce a pesar de que la empresa había mostrado una agresiva expansión en 2024, abriendo nuevos locales en provincias como Salta, Misiones y San Juan, con inversiones millonarias. Sin embargo, detrás de la fachada de crecimiento, los empleados describen un panorama de desabastecimiento en las tiendas y una crisis interna que se venía gestando.

Modus operandi y la sombra de Garbarino

El cierre de Start ha traído a la memoria el caso de la extinta cadena Garbarino. Al igual que en ese caso, muchos de los empleados de Start ya habían trabajado en Garbarino o Compumundo, y aún se encuentran en litigio para cobrar las indemnizaciones de sus despidos anteriores.

Según testimonios de los trabajadores, la empresa comenzó a desabastecer las sucursales hace meses, con marcas como Samsung dejando de proveer mercadería. Las ventas cayeron, pero, según los empleados, la falta de productos para vender era una decisión de los dueños, lo que hacía imposible la operación.

El proceso de cierre fue rápido y sin aviso. En junio comenzaron a cerrar locales en Bahía Blanca y San Miguel, y para agosto, el resto de las sucursales, incluyendo la de Alto Palermo, ya no estaban operativas.

Despidos por teléfono y amenazas

El final de la relación laboral fue, según los afectados, un acto de "crueldad y maltrato". Los dueños de la empresa esperaron al cierre de los locales el 6 de agosto para llamar a los encargados y darles la noticia, ordenándoles que se la comunicaran al resto del personal.

En un intento por evitar el pago de indemnizaciones completas, los dueños exigieron a los trabajadores del interior que renunciaran a cambio de un plan de pagos en cuotas, bajo la amenaza de no recibir el sueldo de julio. Aunque la mayoría aceptó por necesidad económica, a la fecha no han recibido los pagos prometidos.

A los empleados de Buenos Aires, les enviaron telegramas de despido que mencionan una "grave situación económica y financiera" como causa. Sin embargo, los trabajadores argumentan que la empresa no puede alegar crisis después de haber realizado inversiones y aperturas millonarias en el último año.

Actualmente, los trabajadores de Start se encuentran en la incertidumbre, enfrentando una situación similar a la que vivieron en el pasado y con la esperanza de poder cobrar lo que se les debe. Mientras tanto, la cadena Start ha desaparecido por completo del mercado, aunque sus dueños mantienen abierta otra cadena, Paraíso, dedicada a accesorios de moda.