Por: Marta
Me dirijo a la comunidad para hacer visible mi situación. Soy Marta, una mujer de 44 años que ha sido abandonada a su suerte. He intentado acercarme al intendente y a concejales para solicitar ayuda y no he recibido respuesta. Estoy viviendo en la casa de mi tía, sin un lugar propio, y estoy luchando para sobrevivir. (Imagen ilustrativa)
Mi depresión comenzó en el año 2024, después de sufrir una estafa de casi cinco millones de pesos que me obligó a devolver dinero a las personas que confiaban en mí. Esto me llevó a un declive económico y emocional, y desde entonces he estado luchando para salir adelante. Para poder pagar las cuentas y devolver el dinero, tuve que vender muchas de mis pertenencias, quedándome sin nada. No tengo mesa, no tengo silla, no tengo cama, solo un colchón en el piso. No tengo muebles, no tengo nada.
Soy paciente de un equipo interdisciplinario que me ha estado ayudando a salir adelante, conformado por psiquiatras y asistentes sociales. Sin embargo, a pesar de mi situación vulnerable, no he recibido la ayuda necesaria para reinsertarme en la sociedad.
He tenido seis intentos de suicidio y estoy cansada de ser ignorada. Me siento desesperada, necesito vivir sola y tener un lugar propio para poder empezar a reconstruir mi vida. Ayer encontré un alquiler que podría ser mi oportunidad para independizarme, pero el monto es de $450.000 más un mes de depósito, y no logro juntar el dinero.
Un concejal me había prometido ayuda para poder pagar el alquiler, pero hasta ahora no he recibido nada. Lo que estoy pidiendo no es ayuda económica, sino una oportunidad para trabajar y mantenerme ocupada. Necesito sentirme útil y tener una rutina que me permita salir adelante.
Es hora de que se escuche mi voz y se tome acción. Exijo que se me brinde la atención y el apoyo que necesito para vivir con dignidad. Necesito una respuesta lo antes posible, porque ya no aguanto más vivir como vivo. No quiero tener que recurrir a medidas extremas para lograr algo. Espero que mi historia pueda servir de llamado a la acción para que otros no tengan que pasar por lo mismo.