Un inusual foco de humo detectado cerca del cerro Dedo Gordo, en la zona del Río Blanco, El Bolsón, durante una reciente ola polar, no resultó ser un incendio forestal común. Brigadistas del Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales (Splif) descubrieron un fuego subterráneo que ardía desde una delgada veta de carbón fósil enterrada a poca profundidad. Este hallazgo no solo explicó el origen del humo, sino que también brindó nuevas pistas sobre un pasado geológico muy distinto en la región, que se remonta a millones de años.
El geólogo Agustín Quesada, del Geomuseo de El Bolsón, acompañó la investigación. "Lo que encontramos cuando fuimos al lugar es la siguiente situación: por arriba, un lugar donde había pasado el incendio, con árboles que habían estado encendidos, pero no habían ardido completamente", explicó. "Sí se notaban raíces que habían quemado, y por debajo del bosque, ligeramente quemado, el mantillo de hojas, el suelo orgánico, e inmediatamente después, la piedra”.
Testigo de un antiguo mar patagónico: La Cuenca del Ñirihuau
Quesada detalló en diálogo con FM La Radio de la Cordillera que la piedra encontrada corresponde a sedimentos del período terciario, formados hace entre 20 y 40 millones de años. En esa época, esta zona estaba cubierta por el antiguo mar patagónico. "Estamos hablando de esa cuenca marina de un momento en donde no había cordillera, o que algunos altos de cordillera convivían con un mar. En las costas de ese antiguo mar había pantanos, y esos mismos son los que se entierran y forman las piedras con alto contenido de carbón”.
El material en combustión, confirmó el especialista, no eran restos vegetales recientes, sino carbón mineral fósil. Aunque la veta era muy delgada, de solo 30 centímetros, estaba a una profundidad de 30 a 50 centímetros. "Eventualmente habrá estado en contacto con raíces que estuvieron quemadas, ese carbón se encendió y es bastante difícil apagar”, explicó.
Quesada señaló que este tipo de formaciones no son raras en la región, ya que "toda esta zona forma parte de lo que se conoce como la Cuenca del Ñirihuau”. Esta cuenca de carbón, que se extiende por Chubut y Río Negro, es considerada la segunda más importante de Argentina. El especialista añadió que estos sedimentos pueden observarse en zonas como Cabeza del Indio y en afloramientos que van desde Bariloche hasta Cholila.
"Turba, carbón y gas se forman en ambientes similares, como los antiguos pantanos marinos. Aunque hoy muchas de estas formaciones están inactivas o bajo estudio, siguen presentes y pueden manifestarse en eventos como este”, concluyó Quesada.
Conexión con los incendios forestales del verano
El incendio subterráneo en Mallín Ahogado se vincularía directamente con los focos forestales que afectaron la zona durante el verano. Según información del Gobierno de Río Negro, esos fuegos de superficie habían consumido más de 2.900 hectáreas, con actividad particularmente intensa en sectores como el Dedo Gordo.
Aunque las tareas de control avanzaron gracias a las condiciones climáticas más frías y la llegada de refuerzos, el fuego logró mantenerse activo en zonas altas y de difícil acceso. El foco que persiste hoy bajo tierra sería un remanente de aquel gran incendio, reactivado por el contacto entre raíces quemadas y la veta de carbón fósil, evidenciando la complejidad de los ecosistemas subterráneos de la región.