Padres del Jardín de Infantes N° 66 de Neuquén capital, ubicado en calle Jorge Gervasoni al 7053 del barrio Cuenca XVI, expresaron su preocupación tras la aparición y el progresivo aumento de rajaduras en una de las paredes principales del edificio. La situación, que comenzó a evidenciarse hace aproximadamente quince días, ha generado un creciente temor por la seguridad de los niños que asisten a las salas de 3, 4 y 5 años en ambos turnos.
La alerta se hizo pública a través de un mensaje llegado a nuestro medio, donde se describe la evolución de las fisuras: "Hace 15 días comenzó a notarse en unas de las paredes principales de la instalación una pequeña rajadura que con los días su dimensión comenzó a aumentar hasta el día de Hoy que se encuentra de esta forma".
La gravedad de la situación quedó aún más patente con el testimonio de una madre, quien expresó preocupada: "Es un riesgo muy, pero muy grande al que exponemos al dejar a nuestras infancias en el jardín en estas condiciones. Pedimos por favor a las autoridades competentes den una solución de forma inmediata para que esta situación se solucione antes de que ocurra una tragedia".
La tensión llegó a su punto álgido en el turno tarde de hoy, cuando directivos y padres, ante la magnitud de las rajaduras, tomaron la decisión conjunta de retirar a los niños del establecimiento como medida de precaución. Esta drástica acción refleja la profunda inquietud y la falta de garantías de seguridad percibida por la comunidad educativa.
El edificio del Jardín N° 66 es relativamente nuevo, ya que fue inaugurado en septiembre de 2015. Posteriormente, en 2017, se construyeron tres nuevas aulas para ampliar su capacidad. Esta situación genera aún más interrogantes sobre las causas de estas fallas estructurales y la necesidad de una pronta intervención técnica.
Ante la urgencia del caso, los padres exigen una respuesta inmediata y efectiva por parte de las autoridades competentes, solicitando una inspección exhaustiva del edificio y la implementación de las soluciones necesarias para garantizar la integridad física de los niños y el personal del jardín. La comunidad educativa espera que se tomen cartas en el asunto con la celeridad que la situación amerita, evitando así consecuencias lamentables.