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El gobierno de Rusia exigió explicaciones formales a la Argentina tras las recientes declaraciones de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien insinuó la participación de ciudadanos rusos en el escándalo de escuchas que ha sacudido a la administración de Javier Milei. En respuesta a las acusaciones, el Ministerio de Exteriores de Rusia citó este lunes al embajador argentino en Moscú, Enrique Ignacio Ferrer Vieyra.

La polémica se desató luego de que Bullrich denunciara públicamente "campañas de información, desinformación e influencia contra el Estado argentino" y vinculara a rusos con los audios filtrados que comprometen a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, en supuestos casos de corrupción.

La reacción del Kremlin no se hizo esperar. La semana pasada, a través de un comunicado, Moscú ya había negado "rotundamente" las acusaciones, tildándolas de "infundadas y gratuitas". En su reunión con el embajador argentino, las autoridades rusas reiteraron su postura, enfatizando que las declaraciones de la funcionaria no contribuyen a la "relaciones amistosas y constructivas" entre ambos países.

Este cruce diplomático ha escalado la tensión entre Buenos Aires y Moscú, en un momento de gran sensibilidad política para el gobierno de Milei, que enfrenta una crisis interna derivada de las denuncias de espionaje que afectan directamente a la hermana del Presidente.