Una contadora jubilada, con 36 años de experiencia en el gobierno provincial, declaró en el juicio por la estafa con planes sociales y aseguró que las irregularidades detectadas fueron causadas por "personas con malas intenciones", no por fallas en el sistema administrativo. La testigo, cuyo nombre no puede ser divulgado por decisión del tribunal, justificó la entrega de "cheques globales" a funcionarios para manejar situaciones de emergencia.
La exfuncionaria, que ocupó un cargo de alto rango en la Contaduría General de la Provincia, explicó que los cheques para "emergencias" se usaban para descomprimir conflictos como cortes de ruta, tomas de edificios y para asistir a personas en situación de vulnerabilidad. Sin embargo, este procedimiento nunca estuvo claro desde el punto de vista legal.
La contadora relató que, tras el estallido del escándalo en la prensa en septiembre de 2023, ella misma ordenó una nueva auditoría en las cuentas de subsidios. "Nos dimos cuenta de que en diferentes programas había empleados públicos que cobraban subsidios", indicó. El auditor responsable, Julio Arteaga, imputado en la causa, había omitido este dato.
El contrapunto sobre los "cheques globales"
Durante su testimonio, la exfuncionaria tuvo un tenso contrapunto con el fiscal Pablo Vignaroli. Vignaroli le preguntó por la norma que avalaba el uso de los "cheques globales", a lo que la contadora respondió que se trataba de un "anticipo de fondos a un funcionario", permitido por una norma específica.
Sin embargo, el fiscal insistió en que los cheques debían rendirse, algo que no ocurrió en la mayoría de los casos. Según la investigación, esos cheques, que debían ser rendidos por Ricardo Soiza (acusado de ser el líder de la organización), eran cobrados y pasaban a una "caja azul" ligada a gastos políticos.
La contadora insistió en que los sistemas de control de la provincia eran sólidos y que la responsabilidad era de quienes los utilizaban. "Los sistemas no fallan, fallan las personas. Si yo cargo un proceso, o cargo un cheque, la culpa no es del papel, sino de la persona. Es una cuestión humana y no mecánica", sentenció. También reconoció que nunca desconfió de su equipo de trabajo, ya que la confianza era esencial para el funcionamiento del sistema.