En una medida que profundiza su política proteccionista, el presidente Donald Trump ha oficializado hoy un decreto que duplica los aranceles sobre el acero y el aluminio importados, elevándolos del 25% al 50%. La decisión, que entra en vigor a partir de este miércoles, busca proporcionar un mayor respaldo a las industrias estadounidenses y mitigar lo que considera amenazas a la competitividad local debido a los bajos precios y el excedente de oferta de estos metales.
La orden, difundida en las últimas horas, refuerza las declaraciones de Trump de los días previos. "Vamos a subir los aranceles sobre el acero en los Estados Unidos, lo que asegurará aún más la industria siderúrgica en el país", había adelantado el pasado viernes durante un acto en Pittsburgh, Pensilvania. "Nadie va a poder robarles su industria. Con un 25% pueden sortear esa barrera; con un 50% ya no pueden sortearla", sentenció.
A pesar de la contundente medida, las importaciones provenientes del Reino Unido se mantendrán sujetas al gravamen del 25% gracias a un acuerdo previo entre ambos gobiernos, aunque restan negociaciones sobre derechos y cuotas.
Trump celebró la decisión en sus redes sociales, afirmando que es "un gran honor" contribuir a que "nuestras industrias estén volviendo como nunca antes" y calificándolo de "otra gran sacudida de grandes noticias para nuestros maravillosos trabajadores".
Malestar internacional y amenaza de represalias
Sin embargo, el entusiasmo del mandatario choca con el creciente malestar de la comunidad internacional. Numerosos países ya habían entablado diálogos con la Administración republicana con el objetivo de alcanzar acuerdos que permitan sortear los aranceles recíprocos una vez finalizada la pausa de 90 días, prevista para principios de julio.
Durante el fin de semana, la Unión Europea advirtió que está preparada para responder con represalias a las nuevas tasas estadounidenses. El portavoz de la Comisión, Olof Gill, fue enfático al señalar que esta alza "socava los esfuerzos en curso para alcanzar una solución negociada" entre ambas partes.
"Si no se alcanza una solución mutuamente aceptable, tanto las contramedidas existentes como las posibles medidas adicionales de la Unión Europea entrarán en vigor automáticamente el 14 de julio o anteriormente si las circunstancias lo requieren. La Comisión ha sido clara en todo momento sobre su disposición a actuar en defensa de los intereses de la Unión, protegiendo a nuestros trabajadores, consumidores e industria”, declaró Gill.
La política arancelaria de Donald Trump se enmarca en su promesa de campaña de revitalizar la industria manufacturera estadounidense y priorizar la creación de empleo en sectores tradicionales, aunque a costa de generar tensiones y posibles guerras comerciales a nivel global.