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Ingresó a la Legislatura un proyecto para crear el registro de defunciones fetales, con el objetivo de darle la posibilidad a las familias de bebés fallecidos de inscribirlos con nombre y apellido. Se trata de una iniciativa presentada por integrantes de la Fundación “Era en Abril” y busca garantizar el reconocimiento de la identidad como derecho inherente del bebé fallecido.

En el libro de defunciones fetales se registrará a quienes hayan fallecido en el vientre materno, cualquiera sea la causa de la muerte, la edad gestacional y el peso. Cualquiera de los dos progenitores podrá solicitar la inscripción, la que podrá realizarse durante el plazo de un año desde el momento del hecho.

El registro se aplicará con un formulario denominado “certificado médico de nacimiento sin vida” el que no podrá contener las iniciales NN sino el nombre y el apellido del bebé que escogieron los progenitores.

El articulado especifica que la norma apunta a garantizar el derecho a la identidad y, en ese sentido, detalla que la inscripción no modifica el régimen de persona humana instituido en el Código Civil y Comercial y por lo tanto no otorga derechos patrimoniales ni sucesorios.

A la vez, determina que, en caso de que la muerte derive de una enfermedad que interese al estado sanitario, el oficial público informará a la autoridad competente a fin de impulsar un relevamiento de las causas de muerte intrauterina con fines estadísticos para que Salud pública identifique las causales con mayores incidencias y se implementen políticas públicas al respecto.
Los fundamentos explican que, en la actualidad, los datos estadísticos en la materia se encuentran limitados a las defunciones fetales inscriptas en el registro de las Personas, que dan cuenta sólo de aquellas que hayan ocurrido luego de determinados parámetros médicos -20 semanas de gestación o 500 gramos, según lo estableció la OMS-. Bajo tal situación, la propuesta busca que todas las muertes intrauterinas, sin importar la edad gestacional y el peso, puedan ser inscriptas.

Además, aquellos bebés que efectivamente son inscriptos, figuran en el registro como NN, situación que –agregan los fundamentos- añade dolor a la situación ya emocional de la familia.

“La interrupción del embarazo deja sin efecto los derechos condicionales de índole patrimonial, pero la muerte en el vientre materno no debe dejar sin efecto algunos derechos personalísimos de los que de hecho ya venía gozando ese bebé desde el momento de la concepción”, sostienen los argumentos.

El proyecto de ley (16940) ingresó por Mesa de Entradas con la firma de Dayana Basualdo y Walter Valdés.