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Por: Dady Rubio, periodista Zapala
“El Talón de Aquiles” es el dicho popular que manifiesta al punto débil de alguien o algo. Es donde la persona o el objeto es más frágil, donde no tiene dominio sobre una situación. Es decir, la “justa medida” de la transformación o el fracaso del Gobierno de Rolando Figueroa.

Si por “Regionalización” se manifiesta la descentralización del poder gubernamental de Neuquén en pos de “Regiones o Departamentos” con autonomía, e impronta propia, en una integración política-institucional con el Estado Neuquino. Debemos señalar que aún estamos muy lejos de ese deseo.

Esto no implica que sea el “punto más débil del nuevo Gobierno”, pero si expresa la tarea más ardua que deberá conseguir para garantizar una transformación estructural de la provincia.

Tener la decisión política de trasladar un Ministerio como el de Turismo a San Martín de los Andes (algo que aún no se ha realizado) es un ejemplo “demostrativo” de esa firme convicción “regional”. Haber sido solo un “eslogan” de campaña demostraría que la “auténtica regionalización” era solo la cáscara vacía de una gran manzana.

Es verdad, que las gestiones del “Rolo” ante la AFIP determinaron que la Zona Franca de Zapala sea delimitada como “Zona Primaria Aduanera y Zona Primaria de Control Aduanero”, en lo que constituye un trámite fundamental para avanzar en la firma de acuerdos que permitan la instalación de compañías. Pero, también es cierto que todavía, no se sabe si la Zona Franca será un “gran galpón de arrendamiento para estacionar mercaderías, o productos, con eximiciones impositivas” o será realmente una “Zona Franca semiindustrial" que garantice el desarrollo productivo y la mano de obra local tan necesaria en la “Región Centro” del Neuquén.

La historia de Neuquén no está muy alejada de la falta de “Federalismo” que por ejemplo “Gobiernos nacionales”, centralistas, hicieron en desmedro de las provincias argentinas. Tal vez, la reciente “rebelión de los gobernadores patagónicos” respecto del Gobierno “Libertario” de Milei haya sido la mejor materialización de lo anteriormente señalado.

Algo, que permanentemente, se expresaba en Neuquén con el atraso socioeconómico de un interior empobrecido con respecto a su capital ubicada en la Confluencia.

Neuquén capital, no solo era “la puerta de entrada de la Patagonia Argentina”, sino que principalmente era “el gueto desarrollista” de toda la provincia de Neuquén.

El “Rolo” lo sabe por ser un hombre que proviene de la Zona Norte de Neuquén. Pero, también, conoce como a lo largo de más de sesenta años, el “desarrollo neuquino” se gestó en mesas técnicas, y políticas, a pocas cuadras de la calle Rioja (sede de la Gobernación...).

Si el “nuevo” movimiento político provincial que nació al calor del triunfo del 16 de abril comprende esta tarea “transformadora” estaremos ante un gobierno que realmente “regionalice para gestar una matriz productiva alternativa” a la centralización de la Capital neuquina.

Si esto, es solo un “eslogan de campaña”, que remite a las viejas prácticas gubernamentales que colocan “coordinadores regionales” como nexos municipales para que el

Gobernador no atienda el llamado de los intendentes. La “regionalización” será un fracaso.

O lo que es peor, un “Talón de Aquiles” sin siquiera un Aquiles que se mantenga en pie.