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Claudio Larraza es el nuevo intendente de Plaza Huincul, pero su gobierno tiene algunas debilidades. La más importante es que se quedó sin mayoría en el Concejo Deliberante. De las elecciones de ATE del próximo miércoles, depende que cuente con un gremio más cercano o más confrontativo.

En el deliberante el bloque del oficialismo será de 3 concejales; el MPN tendrá otros 3 y Fernando Doroschenco inclinará la balanza sin necesidad de recurrir al desempate del presidente del cuerpo.

¿Qué significa tener minoría en el CD?. Por ejemplo, que Larraza no podrá definir por sí mismo, quiénes serán los próximos directores del ENIM.

En concreto, deberá buscar acuerdo al menos con Doroschenco, si quiere tener injerencia en el Ente. Dicho en otras palabras, con Doroschenco y reuniendo la mitad más uno, podría remover a los actuales directores del ENIM o designar nuevos, dado que se hace con mayoría simple. Pero, seguramente, para contar con ese voto, deberá ceder.

No obstante, para cualquier Ordenanza de tipo económico, como Presupuesto o pedidos de fondos del ENIM, deberá tener el voto de Doroschenco y, al menos uno, del MPN.

En definitiva, Larraza quedó obligado a tener una postura "acuerdista" con Doroschenco y, por ende, con Ramón Rioseco, el jefe político de "Juntos por Plaza Huincul". Habrá que ver qué opina de esto último, Rolando Figueroa y hasta dónde se muestra flexible con el intendente de Cutral Co a quien castigó con dureza en la campaña.

Hablando de la campaña, se supo que fue Pepe Ousset el encargado de comunicarse con el cutralquense para tender algunos puentes y emprolijar la relación tras los intercambios entre Rioseco y Rolando Figueroa.

Retomando la situación en Plaza Huincul, Larraza comenzó a sentir reproches de campaña por los cruces que hubo con el MPN. El primer emergente es la salida de la sucursal del Banco Nación de la ciudad. Habrá que ver qué ocurre con la oficina del BPN de avenida Keidel, cuyo contrato de alquiler vence en el mes de octubre próximo. Esto es producto directo de los cruces entre sectores del larracismo y del suarizmo que, por el momento, no han llegado a los medios. Pero es cuestión de tiempo.

Larraza ganó inobjetablemente aunque ajustado y el gobierno tendrá ese escenario. Seguramente, ya deben haber advertido que la estrategia de sumar 12 colectoras no sirve para la conformación de los Concejos Deliberantes.

El triunfo de Larraza parece haber sido impulsado por la vocación de cambio de los vecinos y hubo también un voto castigo a la gestión que se va. Ahora habrá que ver si Larraza puede canalizar ese reclamo de cambio.

Un primer dato es que varios actores que comenzaron con Suárez y formaron parte del núcleo de la gestión saliente, ahora están al lado de Larraza. ¿Los mismos actores pueden hacer algo distinto?.

El reparto de los cargos es otro tema: siempre quedan enojados. Más cuando hay 11 colectoras que están esperando definiciones respecto a qué sillón van a ocupar (y en algunos casos, qué negocios hacer).

Para completarla: en un gobierno de Larraza sin el CD, ¿se puede cambiar algo?. Para terminar: en conflicto con un gremio que hasta ha tenido la fortaleza para remover funcionarios, ¿cuál es su margen de maniobra?.