Puede ser una imagen de una persona y sonriendoEl 2 de junio de 2011, a la 14,30, dos adolescentes irrumpieron en el Centro de Salud del barrio Aeroparque de Cutral Co. Uno amenazó con un cuchillo a la enfermera y el otro, revólver en mano, ingresó al consultorio donde estaba Manuel Farías Rojas.

Hubo un forcejeo, una discusión y se escuchó la detonación del arma de fuego. Hay muchos testigos. Había pacientes y personal de salud en la posta sanitaria en ese momento.

Farías Rojas alcanzó a tomar con su mano izquierda a Molina, el de 16 años que portaba el arma. El otro, Baría, de 14, entra y al ver que sujetaba a su cómplice, le hace un tajo en la mano para que lo suelte. Inmediatamente después ambos huyen rápidamente. Uno en bicicleta y el otro con un pie descalzo dado que al salir apurado perdió una zapatilla.

El Sindicato de Profesionales de la Salud Pública de Neuquén, recordó la fecha y señaló en un comunicado que "El crimen fue perpetrado en circunstancias que se investigan pero “en clara evidencia de la falta de seguridad con la que trabajan los profesionales encargados de cuidar la salud de las franjas sociales más desprotegidas”.

“Manuel era médico generalista en Cutral Co. Hacía 22 años que se dedicaba de lleno a la atención primaria de la salud. Era querido por sus pacientes, vecinos y colegas. En las últimas semanas venía participando activamente del movimiento reivindicativo de los profesionales de la salud encabezado por el Sindicato de Profesionales de la Salud Pública de Neuquén (SIPROSAPUNE), base regional de FESPROSA en la provincia”, explicó Jorge Yabkowski, presidente de FESPROSA y secretario de Salud Laboral de la CTA.

En este sentido, agregó que “la violencia en hospitales y centros de salud son en Neuquén un hecho corriente al que las autoridades de salud y de seguridad no prestan atención”. Yabkowski vinculó esta desidia en materia de seguridad “con el abandono general que evidencia todo el sistema de salud neuquino, otrora orgullo nacional y hoy en franca decadencia”.

FESPROSA y SIPROSAPUNE han dispuesto una serie de medidas para exigir el pleno esclarecimiento del asesinato y reclamar a las autoridades provinciales medidas efectivas en resguardo de la vida y la integridad de los profesionales de la salud.

Asimismo, “FESPROSA manifiesta sus condolencias a los cuatro hijos de Manuel y a su esposa -también médica- Amelia Tapia, y promete acompañar a SIPROSAPUNE en la lucha por el esclarecimiento de este trágico hecho y por que se revierta la situación de abandono en la que trabajan los profesionales de la salud”.