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El Gobierno nacional se dispone a implementar un cambio "histórico" en la política energética, anunciando la eliminación de las retenciones a la exportación de petróleo proveniente de cuencas convencionales. La medida busca inyectar vitalidad a las áreas productivas históricas del país, que han visto una drástica declinación en sus inversiones frente al boom de Vaca Muerta.

La Secretaría de Energía oficializará hoy el acuerdo junto al gobernador de Chubut, Ignacio Torres, jurisdicción clave para el crudo convencional.

Cero retenciones y baja de regalías

Actualmente, los derechos de exportación para el petróleo tienen un sistema móvil que se sitúa en un 8% cuando el precio del barril supera los US$60. Con la modificación anunciada, esta escala se reajustará para que, a los valores internacionales actuales (aproximadamente US$63,29), la producción convencional quede exenta del pago de estos derechos. En la práctica, la alícuota de retenciones caerá a 0% en las condiciones actuales del mercado. Es un cambio significativo, ya que las retenciones sobre el petróleo se habían mantenido ininterrumpidamente desde 2002.

Además del beneficio nacional, Chubut, como primera provincia adherente, reducirá su alícuota de regalías en cuatro puntos porcentuales, pasando del 12% al 8%.

Se estima que el costo fiscal de la medida para la Nación rondará los US$73 millones anuales, según cálculos de la consultora Economía y Energía (EyE). El Ejecutivo publicará el decreto oficial la semana próxima, una vez que se sumen los acuerdos con el resto de las provincias productoras interesadas.

La profunda disparidad de costos con Vaca Muerta

La decisión del Gobierno subraya el punto de inflexión que atraviesa la industria: la producción se ha polarizado entre la alta rentabilidad de los yacimientos no convencionales y los estrechos márgenes de las áreas maduras.

Para ilustrar esta disparidad, un pozo no convencional en Vaca Muerta, con una inversión inicial de US$12 millones, puede acumular 1,2 millones de barriles en su vida útil, dejando un costo total por unidad de solo US$13. Por el contrario, un pozo convencional cuesta alrededor de US$4 millones pero apenas produce 120.000 barriles (el 10% de lo que rinde uno de Vaca Muerta), y su mantenimiento es mucho más costoso, elevando el costo por barril a un rango de US$55 a US$58.

Las grandes operadoras (YPF, Vista, PAE) destinan casi la totalidad de su capital a los yacimientos no convencionales, mientras que los pozos maduros son gestionados por empresas más pequeñas con estructuras operativas más flexibles.

El impacto en la producción nacional

Impulsada por el fracking y la perforación horizontal en Neuquén, la producción petrolera total del país aumentó casi un 13% entre enero y septiembre, alcanzando un promedio de 790.000 barriles diarios.

Sin embargo, este crecimiento esconde la crisis de las cuencas históricas: la producción no convencional creció un 27% interanual y representa el 60% de la oferta nacional (476.000 barriles diarios), mientras que la producción convencional cayó casi un 4% y aporta el 40% restante (313.600 barriles diarios).

El nuevo mapa productivo exige que tanto las autoridades provinciales como los sindicatos se adapten a márgenes de rentabilidad más ajustados para evitar una caída abrupta de la actividad, la inversión y el empleo en provincias como Chubut y Santa Cruz.