En París, por la ida de los octavos de final de la Champions League todo parecía encaminado a un empate sin goles, pero el "7" francés le dio el triunfo al conjunto parisino y la tranquilidad para esperar la revancha en Madrid.
El Paris Saint-Germain tuvo una prueba de fuego ante Real Madrid, y vaya que lo fue, por la ida de los octavos de final de la UEFA Champions League. El conjunto de Lionel Messi, que desperdició un penal, obtuvo una justa y agónica victoria por 1-0 gracias a una genialidad de Kylian Mbappé sobre la hora.
Este resultado obliga al máximo ganador del certamen continental a cambiar de libreto para la vuelta, ya que ni siquiera pateó al arco en el Parque de los Príncipes. Allí, Leandro Paredes y Ángel Di María fueron los otros futbolistas argentinos que jugaron desde el arranque para el conjunto parisino, mientras que Mauro Icardi ocupó un lugar en el banco de suplentes. Lo otro a destacar fue el regreso oficial de Neymar, pieza clave para abrir el marcador.
Los primeros 45 minutos fueron de un dominio absoluto para el PSG, que no pudo plasmarlo con situaciones de gol ante un Real Madrid que se amontonó atrás y no hizo otra cosa más que aguantar. Al equipo de Carlo Ancelotti se lo notó incómodo y mezquino, aunque muy firme en la defensa.
Di María, Kylian Mbappé, imparable por la izquierda, sobre todo en el primer cuarto de hora, y Messi, con algunos chispazos, tuvieron una ocasión cada uno, las dos primeras claras.
Recién a los 40, Real Madrid comenzó a agrupar jugadores en ataque y a animarse de a poco. Tuvo la última con un cabezazo de Casemiro, quien se perderá la revancha por bajar a Leandro Paredes y recibir la tercera tarjeta amarilla-, pero la pelota pasó muy lejos del arco defendido por Gianluigi Donnarumma.