La astronomía mundial se prepara para un evento sin precedentes este viernes 19 de diciembre. El cometa 3I/ATLAS alcanzará su punto de mayor proximidad a nuestro planeta, situándose a una distancia de 270 millones de kilómetros. Según la Agencia Espacial Europea (ESA), este trayecto equivale a 1,8 veces la distancia entre la Tierra y el Sol, lo que representa el acercamiento más estrecho jamás documentado para este cuerpo celeste.
Radiografía de un gigante de hielo y gas
El interés de la comunidad científica se centra actualmente en la coma, la densa atmósfera de gas y polvo que envuelve el núcleo del cometa. Imágenes de alta resolución capturadas por la NASA han revelado detalles estructurales que plantean nuevas interrogantes sobre su origen.
El astrofísico Xabier Pérez Couto, de la Universidad de Coruña, lidera las investigaciones sobre su trayectoria. Según explica el experto, el fenómeno visual del cometa se debe a la sublimación: la radiación solar calienta la superficie, provocando que los hielos pasen directamente de estado sólido a gaseoso, creando esa envoltura luminosa característica.
Una composición química sorprendente
Los análisis químicos han arrojado datos que desafían los modelos convencionales:
·Predominio del carbono: La atmósfera del 3I/ATLAS contiene una proporción inusual de dióxido de carbono (CO2), con una relación de 8 a 1 respecto al agua (H2O).
·Actividad hídrica temprana: Se detectó la presencia de gas hidroxilo (OH) a una distancia de 2,9 unidades astronómicas del Sol.
·Indicador de agua: El hidroxilo aparece cuando los rayos ultravioletas rompen las moléculas de agua, lo que confirma una actividad hídrica mucho antes de lo esperado en su trayectoria.
Ventana al origen de la vida
Más allá de su brillo, el 3I/ATLAS es considerado una cápsula del tiempo interestelar. La combinación de gases volátiles como el metanol, el agua y el CO2 podría albergar precursores orgánicos fundamentales. Los científicos sugieren que este cometa podría contener moléculas complejas como aminoácidos y bloques de ARN (Ácido Ribonucleico).
Este acercamiento récord ofrece una oportunidad inigualable para estudiar materiales formados fuera de nuestro Sistema Solar, brindando pistas cruciales sobre la química primitiva que dio lugar a la vida.
