Los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) revelan un panorama económico con dos caras: mientras que el salario formal experimentó un crecimiento notable, el costo de vida para no caer en la pobreza sigue en ascenso.
Salarios en mayo: un impulso significativo
Según el informe del INDEC, el salario registrado en mayo creció un 3%, superando la inflación del 1,5% registrada en el mismo mes. Esta cifra representa un incremento del 65,7% interanual y un 17,2% si se compara con diciembre de 2024.
Desglosando el crecimiento mensual, los salarios del sector privado registrado subieron un 2,0%, los del sector público un 3,3%, y los del sector privado no registrado mostraron un notable aumento del 5,6%.
En la comparación interanual, el sector privado registrado y el público tuvieron incrementos del 52,5% y 51,3% respectivamente, mientras que el sector privado no registrado lideró con un impresionante 167,1% de crecimiento.
El desafío de la canasta básica en junio
A pesar del repunte salarial, el costo de la vida continúa siendo un desafío para los hogares argentinos. El INDEC informó que, en junio, una familia tipo (compuesta por cuatro personas) necesitó ingresos de al menos $1.128.398 para no ser considerada pobre. Para evitar la indigencia, esa misma familia requirió un mínimo de $506.008.
La Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide el umbral de indigencia al calcular solo los alimentos esenciales para la subsistencia, aumentó un 1,1% mensual y un 28,7% en el último año.
Por su parte, la Canasta Básica Total (CBT), que incluye alimentos, bienes y servicios no alimentarios necesarios para superar la línea de pobreza, mostró un incremento mensual del 1,6% y un 29,2% interanual.
El informe también detalla que en junio, un hogar de tres integrantes precisó $898.336 para no ser pobre y $402.841 para no ser indigente. En el caso de una familia con cinco miembros, los ingresos mínimos para no caer en la pobreza fueron de $1.186.826, y de $532.209 para superar el límite de indigencia.