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La falta de novedades en la búsqueda de Jésica, la nena de 10 años, que fue arrastrada por el río Limay este 7 de enero pasado, aceleran las pulsaciones y pueblan el alma de angustia. El paso de las horas sin novedades, es preocupante. Pero las esperanzas jamás se pierden y la búsqueda continúa sin pausa.

Los rescatistas más experimentados, que hoy forman parte de la operativo de rescate desde el puente de Balsa Las Perlas aguas abajo, hacia Neuquén capital, no ahorran esfuerzos y se aferran a la expectativa de encontrar con vida a la menor.

Mientras tanto, familiares y amigos de la familia de la niña, siguen con atención las novedades y multiplican los pedidos de cadenas de oración, esperanzados con la posible salida del agua, e ingreso en algún lado de la costa.

Como es conocido, el operativo se reforzó con más de un centenar de participantes que ampliaron la zona de búsqueda aguas abajo, observando la gran correntada del río en la zona del puente de Las Perlas, donde ingresó al agua Jésica.

Aquel sector de la margen rionegrina del Limay, a cercanías del puente acceso a "Balsa Las Perlas", se considera uno de los más peligrosos del río, debido a su profundidad de entre seis y ocho metros además de raíces y ramas subacuáticas, con barrancas cubiertas de vegetación.