“Vengo a pararme aquí, en esta plaza de armas en la cual orgullosamente compartí con él, para hablar desde mi rol de padre y desde el dolor inconmensurable de toda su familia. Vengo a desterrar definitivamente la idea de un suicidio, como se trató desde un principio”, comenzó diciendo Juan José Córdoba, papá de Pablo, el soldado que apareció muerto con dos heridas de arma de fuego en el cuartel de Zapala mientras hacía guardia, el 1° de junio pasado.

Juan José, integrante de las FFAA, habló ante todo el Regimiento. Estaba acompañado de Natalia, la mamá de Pablo, con una foto de su hijo y recordó que el joven estuvo “aferrado a la vida durante tres horas pese a tener dos balas de Fal en su cabeza”.

Luego siguió: “Hoy la causa sigue tratándose de una muerte dudosa, para un juez que vino al lugar del hecho 37 días después y pese a todos los datos en consistencia que la causa conlleva, sigue investigando lento y mal, entre otras tantas irregularidades”, enfatizó y agregó: “Los hombres de arma que estamos aquí formados saben que es imposible que un ser humano pueda ser capaz de autoinfringirse dos disparos en la cabeza”.

“A nuestro hijo lo mataron dentro de este cuartel en cumplimiento de su deber como soldado; y en consecuencia sostenemos que es muy probable que el o los asesinos estén aquí formados entre nosotros o llevan el mismo uniforme”, afirmó.

En otro momento recordó: “En mi carácter de integrante del Ejército Argentino, no puedo evitar sentirme dolido, defraudado por parte de quienes tenían la obligación jerárquica de llevar adelante la toma de decisiones ante semejante hecho. No los culpo, que quede claro. Simplemente, pregúntense que medidas hubiesen adoptado si se perdiera un fusil, pues bien, aquí se perdió la vida de un soldado”, señaló.

“Apagaron la luz que iluminaba a toda una familia... hoy debería estar aquí formado, orgulloso, estoico, seguro de que iba tras sus sueños. Pero nos quitaron también este momento”, dijo.

“Quiero por último, dejar un mensaje a mi jefe estado mayor general del Ejército, un simple mensaje: no sabe usted cuanto ansió este padre un llamado suyo ante tan dolorosa e irreparable pérdida. Hoy me paro frente a todos ustedes, con el alma destrozada, vacío por dentro, para pedirles que nos ayuden a pedir justicia por Pablo Jesús Córdoba”, sostuvo. Cuando finalizó hubo un grito cerrado: “justicia por Pablo”.