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Lo que parecía una victoria legislativa para la Casa Rosada se transformó, en pocas horas, en un escenario de confrontación abierta. Tras la aprobación en Diputados de un Presupuesto 2026 "mutilado", el Gobierno de Javier Milei advirtió que la versión actual de la ley es inaplicable, ya que la eliminación de artículos clave hiere de muerte su objetivo primordial: el déficit cero.

El punto de ruptura: la caída del Capítulo XI

La controversia se centra en la exclusión del polémico Capítulo 11 durante la votación en particular. Este apartado funcionaba como el ancla fiscal del proyecto, al proponer la derogación de las leyes de Financiamiento Universitario y de Emergencia en Discapacidad.

Para la actual administración, mantener estas leyes vigentes implica un nivel de gasto que consideran insostenible. Al quedar fuera del texto que recibió media sanción, el Poder Ejecutivo sostiene que el presupuesto resultante carece de equilibrio, obligando al Estado a administrar un déficit que se había comprometido a erradicar.

Sorpresa y "traiciones" políticas

El revés legislativo no solo fue técnico, sino también político. Desde el entorno presidencial señalan un cambio de postura inesperado por parte de mandatarios provinciales que solían mostrarse colaborativos.

·El frente opositor: Gobernadores como Raúl Jalil (Catamarca), Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Gustavo Sáenz (Salta) instruyeron a sus bloques para bloquear el ajuste fiscal en educación y salud.

·El quiebre de los aliados: La mayor sorpresa para los negociadores oficiales fue el giro de último momento de los gobernadores de la UCR, Leandro Zdero (Chaco) y Alfredo Cornejo (Mendoza), cuyos legisladores terminaron por inclinar la balanza en contra del capítulo más sensible para Milei.
Ultimátum: ¿modificación en el Senado o Veto?

Con el proyecto ya en camino a la Cámara Alta, la estrategia del Gobierno se divide en dos frentes:

1.Presión en el Senado: Buscarán reintroducir los recortes fiscales y las derogaciones para salvar la meta del superávit.

2.El recurso del Veto: Si la ley llega al escritorio del presidente sin las herramientas de ahorro solicitadas, desde la Casa Rosada ya anticipan que el veto total es la salida más probable.

Bajo la óptica libertaria, un presupuesto que no garantice el equilibrio de las cuentas públicas no solo es inútil, sino que representa un retroceso en su plan económico fundamental, dejando el escenario político en un estado de incertidumbre total de cara al inicio del próximo año fiscal.