El mecanismo permite acumular horas trabajadas para compensarlas con tiempo libre, adaptando la jornada a los picos de producción sin alterar el salario base.
El "banco de horas" es uno de los puntos más relevantes y controvertidos de la reforma laboral que se discute en Argentina. La propuesta busca introducir una "jornada elástica" que adapte los tiempos de trabajo y descanso a las necesidades productivas de cada sector, una idea mencionada por el secretario de Trabajo, Julio Cordero.
Funcionamiento y base legal del banco de horas
El sistema opera como una "cuenta personal" de tiempo para el empleado, y busca generar un equilibrio entre las demandas de la empresa y el descanso del trabajador:
·Acumulación: Si un empleado trabaja horas adicionales en una semana de alta demanda (por ejemplo, 10 horas más), ese tiempo se registra en su cuenta personal.
·Compensación: Cuando la actividad de la empresa disminuye, el empleado puede utilizar el tiempo acumulado para reducir su jornada diaria o tomarse días libres completos, sin que esto implique una reducción en su salario mensual.
La propuesta está plasmada en el proyecto de la diputada Romina Diez, que busca incorporar el artículo 197 bis a la Ley de Contrato de Trabajo (LCT). Este artículo habilitaría a que los convenios colectivos de trabajo (CCT) implementen estos regímenes de flexibilidad.
Límites y garantías:
·Se debe respetar un mínimo de 12 horas de descanso entre jornadas.
·No se modifica el tope de 48 horas semanales de trabajo.
·El esquema no reemplaza el pago de horas extras con recargos del 50% o 100% (artículo 201 LCT), dando la opción de compensación con tiempo o dinero.
La experiencia global y la controversia
El "banco de horas" no es un sistema nuevo y se aplica en diversas economías. El modelo más reciente, Grecia, permite extender la jornada hasta 13 horas por día en picos de demanda para compensar después.
En América Latina y el mundo, la flexibilidad ya existe:
·Brasil: Permite compensar horas extra con descanso en un período de hasta seis meses (o un año con CCT).
·Chile: Autoriza pactos individuales o colectivos para distribuir la jornada, sobre todo tras su reciente reforma de 40 horas.
·Alemania y Francia: Utilizan cuentas de ahorro de tiempo (Arbeitszeitkonto y compte épargne-temps) para acumular horas o transformarlas en dinero.
La advertencia sindical: Mientras el Gobierno lo promueve como una herramienta de "modernización", los gremios advierten que, si no se establecen controles estrictos, la implementación del banco de horas podría vulnerar los límites horarios, generando una sobrecarga laboral sin la debida compensación económica inmediata, alterando así el equilibrio de los derechos laborales adquiridos.
