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Desde el Air Force One. En una intervención que provocó un terremoto diplomático y financiero, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este domingo que Washington considera seriamente restituir la compra de carne vacuna proveniente de Argentina. Esta medida, esperada durante años por el sector agropecuario, llegaría como un respiro económico vital, pero quedó opacada por la crudeza de la descripción de la crisis argentina emitida por el mandatario.

A bordo del avión presidencial, y según reportó Noticias Argentinas, el líder estadounidense resumió la situación del país con una frase lapidaria: "Están muriendo. ¿De acuerdo? Están muriendo."

Trump vinculó esta posible asistencia con su buena relación personal con el presidente argentino, a quien le dedicó palabras de apoyo. "Argentina está luchando por su vida.

¿Entienden lo que eso significa? No tienen dinero, no tienen nada, están luchando muy duro para sobrevivir," declaró. Y agregó: "Si puedo ayudarlos a sobrevivir en un mundo libre... me agrada el presidente de Argentina. Creo que está tratando de hacer lo mejor que puede".

No obstante, la ayuda no se presenta sin condiciones geopolíticas. Trump puso en perspectiva el voluminoso paquete de asistencia financiera de 40.000 millones de dólares que su administración ha impulsado para la nación sudamericana, señalando las tensiones generadas por la competencia comercial: "Si llevas la cuenta en casa: nosotros rescatamos a Argentina por 40.000 millones de dólares, ellos le venden soja a China, nuestros agricultores no obtienen nada y van a la quiebra por sus políticas arancelarias."

El diagnóstico de la economía argentina fue cerrado por el jefe de Estado con su acostumbrada franqueza: "Pero no lo hagan sonar como si les estuviera yendo genial. Están muriendo".

La posible habilitación del mercado estadounidense a los cortes argentinos —cerrado por mucho tiempo debido a pretextos sanitarios y barreras— representa una oportunidad de ingresos de divisas de una magnitud sin precedentes para la ganadería local. Sin embargo, la oferta de ayuda se presenta en un contexto ambiguo, donde la geopolítica y el vínculo personal entre los presidentes se mezclan con una evaluación extremadamente dura de la realidad económica nacional.