La brutalidad del triple asesinato de Lara Gutiérrez, Morena Verdi, y Brenda del Castillo en Florencio Varela provocó una contundente declaración de la Comisión de Adicciones del Episcopado, que volvió a apuntar contra el narcotráfico y la ausencia estatal en los barrios vulnerables.

La Iglesia Católica calificó la tragedia como un "episodio trágico en nuestra sociedad, producto del avance del narcotráfico", y urgió al Estado a asegurar que "la muerte y el dolor no se apropien de la vida de nuestros hermanos".

El narcotráfico, un drama cotidiano y anónimo

El reclamo de la Iglesia no se limitó al caso mediático. Monseñor Eduardo Horacio García, obispo de San Justo, advirtió que la exposición de estos crímenes es solo la punta del iceberg de una realidad diaria: "Hay un montón de muertes anónimas que no llegan a la situación de exposición mediática."

El prelado denunció que el problema narco está tan enraizado en las comunidades que resulta "común que el kiosquero esté vendiendo falopa y que los chicos a la salida del colegio sean usados como perejiles".

"El Estado le suelta la mano a la vida"

En un mensaje paralelo, el equipo de sacerdotes de barrios populares y villas también elevó su voz, denunciando lo que perciben como una "fuerte desconexión entre la política y la realidad de nuestra gente".

Los curas coincidieron en que el "corrimiento del Estado deja espacio al crecimiento del narcotráfico" y lamentaron que las intervenciones oficiales parezcan más enfocadas en "campañas políticas" que en las necesidades reales del pueblo. En una crítica directa, sentenciaron: "Percibimos que el Estado le suelta la mano a la vida."

La Iglesia citó al Papa Francisco ("los traficantes de drogas son traficantes de muerte") y enfatizó que el camino para enfrentar este flagelo es doble: una presencia pastoral y comunitaria, junto con un Estado "inteligente, efectivo y cooperador" que brinde respuestas concretas. Insistieron en que la urbanización de los barrios y la apertura de oportunidades son las únicas herramientas efectivas para combatir la violencia narco.