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La Confederación General del Trabajo (CGT) endureció su postura frente a las políticas del gobierno de Javier Milei, consolidando su unidad interna y señalando un giro estratégico del diálogo hacia el conflicto. En una reunión de su mesa chica ampliada, el secretario general de UPCN, Andrés Rodríguez, sentenció que el movimiento obrero debe "prepararse más para el conflicto que para el diálogo", reflejando el nuevo talante de la central obrera.

Rodríguez destacó la cohesión de la organización, afirmando que la CGT es el "único poder político de Argentina que está unido y organizado" en defensa de los derechos de los trabajadores. El encuentro registró la presencia de todos los sectores, lo que refuerza el mensaje de unidad.

El motivo: ajuste y vetos presidenciales

La postura combativa de la central obrera surge como respuesta a los vetos presidenciales y a los recortes presupuestarios que, según un comunicado oficial, afectaron en un 40% el financiamiento de áreas clave como la salud y la educación públicas. La CGT calificó estas medidas como un ataque directo a los sectores más vulnerables de la sociedad.

En este contexto, la CGT anunció su adhesión y convocatoria a una marcha al Congreso el 17 de septiembre. La movilización, bajo el lema “¡El Garrahan y la Universidad Pública no se vetan!”, busca rechazar los vetos de Milei a las leyes de Financiamiento Universitario, Emergencia Pediátrica y Residencias Nacionales. Con esta acción, la CGT busca consolidar su rol como la principal fuerza de resistencia al Gobierno.

Movilización y renovación de autoridades

Además de la movilización, la cúpula de la CGT convocó a su máximo órgano ejecutivo, el Comité Central Confederal, para el 18 de septiembre, con el fin de organizar el congreso del 5 de noviembre en el que se renovarán sus autoridades. El dirigente Andrés Rodríguez defendió el modelo actual de conducción para evitar fracturas y abogó por una renovación generacional y la inclusión de una mujer en la dirigencia.