El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se conmovió hasta las lágrimas al confirmar que el país, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ha logrado erradicar nuevamente el hambre. Este hito, alcanzado dos años antes de lo previsto, marca la segunda vez que Brasil sale de esta lista durante su mandato.
En un emotivo acto en el Palacio de Planalto, el mandatario compartió una historia personal que definió su carrera política. Recordó su juventud y la vergüenza que sentía al no poder admitir que tenía hambre. "Yo decía que no, pero por dentro imaginaba morder aquel sándwich. Me quedaba en silencio, con vergüenza de admitir que estaba con hambre, y volvía a trabajar", relató Lula con la voz quebrada. Esta experiencia lo llevó a priorizar la lucha contra la pobreza en sus gobiernos.
Un logro social y político
El ministro de Desarrollo Social, Wellington Dias, resaltó que esta es la segunda vez que el país consigue este objetivo bajo la administración de Lula. El primer logro fue en 2014, pero el país había vuelto a caer en esta categoría a partir de 2018 debido a cambios en las políticas sociales. Según la FAO, el indicador de subnutrición en Brasil cayó por debajo del 2.5%, lo que oficializa la salida del país del mapa. Las cifras gubernamentales indican que en los dos primeros años de la actual gestión, aproximadamente 24 millones de personas salieron de una situación de hambre severa.
Lula enfatizó que el combate contra el hambre es un compromiso de corazón. "Es fácil dar un discurso, pero cuidar del pobre de verdad se hace con el corazón. El hambre no duele, te va corroyendo por dentro", afirmó.