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Una nueva tragedia sacude Gaza. Más de 30 palestinos murieron el domingo y al menos 175 resultaron heridos por disparos israelíes mientras intentaban desesperadamente acceder a un punto de distribución de ayuda alimentaria en Rafah. Los supervivientes, en un testimonio desgarrador, acusan directamente a los soldados israelíes de la matanza, un incidente que la Cruz Roja Internacional calificó como "el mayor número de heridos por arma en un solo incidente" desde la creación de su hospital de campaña hace más de un año. (Foto es.ara.cat)

Sed de comida, lluvia de balas

Los testigos relatan un escenario de horror. Palestinos, impulsados por el hambre, se dirigían al punto de distribución de ayuda de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), respaldada por Israel, cuando las fuerzas israelíes abrieron fuego. "Mi hermano fue a recibir ayuda... cuando empezaron a lloverles las balas", declaró Yarin Abu al Naja, de 44 años. "Los soldados israelíes habían empezado a disparar contra la gente de allí. Mi hermano fue con dos de sus amigos. Uno de ellos resultó gravemente herido en la cabeza, el otro murió y a mi hermano le dispararon por la espalda".

La escena en el hospital, al que las víctimas llegaban en carretas tiradas por burros ante la imposibilidad de las ambulancias de acceder a la zona, era dantesca. "No había camas disponibles debido al gran número de heridos y muertos", añadió Naja. "Las escenas eran horribles: personas a las que les faltaban miembros, manos o piernas, otras decapitadas o con el abdomen abierto".

Médicos del hospital Nasser confirmaron que la mayoría de los heridos presentaban disparos en la parte superior del cuerpo: cabeza, pecho y abdomen. Según el Dr. Marwan al-Hams, médico de urgencias, esto sugiere que el ejército israelí "disparaba desde gran altura con aviones o cuadricópteros", mientras que un testigo mencionó disparos "desde una grúa y desde tanques".

Negación israelí frente a testimonios contundentes

Las fuerzas israelíes han negado haber "disparado contra civiles". Sin embargo, un oficial de las Fuerzas de Defensa de Israel admitió que los soldados efectuaron "disparos de advertencia contra varios sospechosos que avanzaron hacia las tropas el sábado", sin especificar quiénes eran los sospechosos. La GHF, por su parte, afirmó haber distribuido ayuda "sin incidentes" a primera hora del domingo, negando informes previos de disparos en sus instalaciones, ubicadas en zonas militares israelíes de acceso restringido.

Múltiples testigos, sin embargo, contradicen esta versión. Afirman que las fuerzas israelíes habían ordenado no acercarse al centro antes de las 6 de la mañana, pero la gente comenzó a hacer fila desde las 5. Cuando una multitud de decenas de personas avanzó y empezó a correr hacia el punto de distribución, los disparos comenzaron a la altura de la rotonda de la Bandera, a 1 km del lugar.

Hani Baraka, de 43 años, relató: "La zona estaba muy concurrida. Al principio, llegó un dron cuadricóptero y dio órdenes, diciendo que aún era demasiado pronto para abrir las puertas y que las abrirían a las 6 de la mañana. Al parecer, la gente avanzó antes de la hora fijada por el ejército. Los soldados entraron en pánico y empezaron a disparar a la multitud. A mi hermano le dispararon en la cabeza y murió en el acto". Baraka añadió que, al regresar, otro dron cayó y "entonces los soldados israelíes abrieron fuego contra nosotros. Francotiradores del ejército rodearon la zona y empezaron a disparar a la multitud".

Crisis humanitaria y condena internacional

Este incidente se produce en un contexto de devastadora crisis humanitaria en Gaza, donde un observatorio mundial del hambre ha alertado que medio millón de personas se enfrentan a la inanición. El IPC ha estimado que cerca de 71.000 niños menores de cinco años padecerán "desnutrición aguda". Israel impuso un bloqueo a todos los suministros en marzo, alegando que Hamás se apoderaba de las entregas, una acusación que el grupo niega.

La ONU y otras organizaciones humanitarias han rechazado el nuevo sistema de distribución de alimentos, señalando que no puede satisfacer las necesidades de los 2,3 millones de habitantes de Gaza y que permite a Israel "utilizar los alimentos como arma para controlar a la población".

El secretario general de la ONU, António Guterres, se declaró "horrorizado" por los palestinos muertos y heridos "mientras buscaban ayuda en Gaza", recordando que "Israel tiene obligaciones claras bajo la legislación internacional para facilitar la ayuda humanitaria".

Este último episodio de violencia se suma a la tensión generada por los estancados esfuerzos para lograr un alto el fuego, con Hamás e Israel intercambiando acusaciones sobre la falta de avances en las negociaciones.