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La emblemática Cervecería y Maltería Quilmes, una de las gigantes del sector en Argentina, estaría enfrentando un desplome sin precedentes en sus ventas, superando el 40%, y se prepara para una medida drástica: la paralización de su planta central en la localidad bonaerense de Quilmes. Este hecho, inédito en el pasado reciente del país, es un claro reflejo del impacto de la sostenida caída del consumo masivo.

Fuentes internas de la compañía confirmaron que la producción se detendría la próxima semana o, a más tardar, la siguiente. Como parte de esta estrategia para mitigar el impacto, se está presionando a los operarios para que adelanten sus vacaciones, incluso de 2026. "La semana pasada nos hablaron de vacaciones obligadas o de parate por 15 días con el pago del 75% del sueldo", revelaron empleados de la planta, evidenciando los recortes en los haberes que suelen ser la regla en suspensiones masivas.

La Federación Argentina de Trabajadores Cerveceros y Afines (Fatca) aún no ha emitido un comunicado oficial sobre una inminente parálisis, pero la información circula con fuerza entre los trabajadores. Esta situación pone de manifiesto cómo el actual plan económico y la consecuente retracción del consumo están generando consecuencias profundas que van más allá de lo esperado, afectando incluso a empresas de la envergadura de Quilmes.

Cervecería y Maltería Quilmes, que según sus propios datos genera alrededor de 6 mil empleos directos y 130 mil indirectos, siempre había logrado sortear las crisis económicas del país gracias a su tamaño y diversificación de negocios. Sin embargo, la drástica caída de la demanda actual parece haber llegado a un punto crítico, forzando a la compañía a tomar medidas excepcionales para adaptarse al nuevo escenario económico.