Con el pasaporte italiano en la mano, el presidente Javier Milei retorna de Italia pero antes aprovechó su participación en el foro que ofreció en Roma junto a la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, para marcar la cancha y exponer su “decálogo de acción política” con las máximas que rigen su manera de ejercer el poder.
En esa tribuna, el mandatario estableció: “El que viene con agendas propias y no acata la línea del partido es expulsado”. Sus dichos se enmarcan en un nuevo conflicto con la vicepresidenta, Victoria Villarruel, que se generó por la expulsión del senador Edgardo Kueider.
Milei sostuvo que “No buscamos diálogos que nos lleven a ninguna parte, ni establecer consensos que solo les sirvan a ellos. Por eso, en nuestro gobierno somos implacables. El que viene con agendas propias y no acata la línea del partido es expulsado”, dijo.
Posteriormente repitió un latiguillo de gestión: "el que las hace, las paga” en materia de seguridad. “Contra todos los pronósticos de los analistas y los políticos profesionales, que creían que íbamos a durar tan solo un par de meses y que no estábamos capacitados para gobernar, hoy esa misma gente se sorprende de nuestros logros”, dijo.
“Yo tengo mis propias recetas, que no son políticamente correctas ni tan profesionales, pero no se puede negar que, por ahora, nos han dado resultado”, señaló y detalló: "es mejor decir una verdad incómoda que una mentira confortable" y que "nunca hay que negociar las ideas para atraer un voto".
“A diferencia de la economía, la política sí es un juego de suma cero. Los espacios de poder que no ocupamos nosotros los ocupa la izquierda. Por eso, debemos ser decididos, prácticos y no dudar acerca de ejercer el poder”, aseguró.