La ciudad de Rosario fue escenario de una tragedia vial que subraya los riesgos de la imprudencia en el tránsito urbano, especialmente para los ciclistas. Milagros Rocío Peña, una joven de 23 años, perdió la vida luego de ser derribada de su bicicleta por la puerta abierta de una camioneta estacionada y ser arrollada por un vehículo de transporte público.
El lamentable incidente ocurrió pasadas las 16:00 horas del miércoles, en la calle Mendoza al 7400, cerca de la Avenida Circunvalación.
Imprudencia Fatal
Una de las mayores amenazas para quienes utilizan la bicicleta o la motocicleta es el llamado "dooring": la apertura intempestiva de la puerta de un vehículo estacionado sin verificar si hay tránsito detrás.
Esto fue precisamente lo que le costó la vida a Milagros. El conductor de una camioneta Fiat Strada, un hombre de 44 años residente de Pérez, abrió su puerta sin advertir la presencia de la joven. Milagros, que se desplazaba en una bicicleta de rodado 29, impactó contra la puerta, fue despedida hacia el asfalto y terminó siendo arrollada por las ruedas traseras de un colectivo de la línea 153 (empresa Rosario Bus), cuyo chofer (43) quedó en estado de shock tras el accidente.
Los profesionales del Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias (SIES) realizaron maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) a la víctima en el lugar, pero no lograron salvar su vida. El caso es investigado por la Unidad Fiscal de Siniestros Viales y Delitos Culposos, a cargo de Matías Edery.
Una vida dedicada a su familia
La muerte de Milagros Rocío Peña generó una ola de dolor, al revelarse el perfil de la joven. Milagros, quien residía en un barrio de condición humilde en la zona oeste, era una estudiante de la Licenciatura en Enfermería en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y mantenía dos empleos.
Sus allegados contaron a la prensa que la elección de su carrera estaba motivada por el profundo amor hacia su madre, Graciela Peña (56), quien padece una discapacidad producto de dos accidentes cerebrovasculares (ACV). Milagros se había convertido en el sostén principal de su hogar desde los 15 años, asumiendo la responsabilidad del cuidado de su madre, quien la había criado sola.
Un testigo del lugar, que conocía a la víctima, lamentó el hecho señalando que la tragedia podría haberse evitado, sugiriendo la necesidad de infraestructura adecuada: “Considerando las circunstancias, se entiende que lo que le ocurrió fue un accidente. Que quizás podría haberse evitado, por ejemplo, si existiese una bicisenda”.
La confirmación del fallecimiento provocó una reacción de profundo dolor en su círculo íntimo. Una amiga de la víctima compartió en redes: "Me arrebataron lo mejor que tenía! Hoy una parte de mí se fue con vos, hermana, te amo eternamente!", mientras que otro allegado describió cómo tuvo que notificar a la madre, quien "pegó un grito en el aire" al enterarse de la irreversible pérdida.
