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Un episodio de violencia desmedida sacudió las instalaciones del Hospital Castro Rendón de Neuquén Capital, obligando a la interrupción temporal del servicio de guardia de urgencias. El altercado, que expone una vez más la vulnerabilidad del personal sanitario, ocurrió en la noche del jueves y tuvo como protagonistas a una mujer recién ingresada tras un siniestro vial y a su propia madre.

El conflicto se desató cuando la paciente, que había sido trasladada de urgencia por el SIEN luego de un accidente de tránsito (donde se sospechaba que había sufrido una convulsión), experimentó un repentino estado de excitación durante su atención.

Escalada de agresiones

Según detalló Alfredo Fraccaroli, jefe de enfermería de la guardia, la mujer, que estaba siendo asistida con suero y medicación, súbitamente comenzó a insultar, agredir e intentar golpear a los trabajadores. La situación se agravó cuando el personal médico, buscando contenerla, permitió el ingreso de la madre, quien lejos de calmar la situación, se sumó a la conducta agresiva.

"La paciente se excitó y comenzó a insultar y agredir al personal... la madre se sumó a la excitación," explicó Fraccaroli, describiendo cómo la paciente se arrancó el suero y atacó a médicos y enfermeros.

Lo que generó especial indignación fue la inacción de la consigna policial presente. Pese a ser convocados, los efectivos masculinos se negaron a intervenir o reducir a la mujer, alegando protocolos que exigen la presencia de personal femenino para interactuar con pacientes de sexo femenino. Finalmente, fue una enfermera de servicio quien tuvo que intervenir directamente para reducir a la agresora y permitir la continuidad de la atención médica.

Un clima de violencia constante

Este incidente no es un hecho aislado. La dirección del hospital subraya que el personal de salud está sometido a un creciente patrón de agresiones. Fraccaroli recordó otros episodios recientes, como el de un paciente en estado de ebriedad que rompió un vidrio de la sala de espera y la agresión a una médica en su consultorio hace un año.

El personal destaca que esta ola de violencia, sumada a la crítica falta de recurso humano, contribuye a la "saturación" y al agotamiento laboral.

A raíz de la gravedad de lo ocurrido, el Hospital Castro Rendón ya mantuvo un encuentro con la Comisaría Primera para revisar los protocolos de seguridad y coordinar acciones que garanticen la integridad del equipo médico en futuras emergencias.